MADRID.- Juan Fernández Abad tiene 80 años, una cinta métrica
de la que no se separa y una marca en el suelo justo a la puerta de
casa. Con un espray verde alguien ha escrito "PA" y un círculo. PA son
las iniciales de pantalla acústica. Y la marca verde la han puesto
técnicos de ADIF hace unos días, cuando por casualidad le anunciaron que
el AVE que va a Murcia va a pasar por sus narices.
"Vinieron y sin
explicaciones nos dijeron que aquí va el muro de cinco metros del AVE",
explica a www.elconfidencial.com Juan con asombro. Se agacha a medir para demostrar que no
exagera. "Mire. En esta esquina creo que son incluso menos". Cada poco
tiempo pasan camiones rociando agua sobre el suelo de tierra y hay un
incesante movimiento de vehículos pesados.
A su alrededor se
arremolina un grupo de vecinos de Los Garres, una pedanía de la capital,
que llevan días en pie de guerra. No es que no sepan convivir con el
tren, nada de eso. La calle se llama Orilla de la Vía,
en la mejor tradición de la Huerta de dar nombre a las calles con
topónimos, y muchos llevan décadas aguantando el paso del tren cada poco
tiempo.
"El tren pasa a unos 20 metros pero estamos acostumbrados. Mi
casa está aquí desde 1906. Primero era de mis tíos y ahora mía. Al tren
te acostumbras. Solo se mueve todo cuando pasan los grandes trenes
cisterna con combustible que vienen desde la refinería de Escombreras",
una de las mayores de España, en Cartagena. Entonces, cuentan, sí que se mueven las lámparas y las casas.
Juan se mueve por su casa enseñando el interior. Es una vivienda
humilde con un banco para trabajar y hacer chapuzas y un limonero en un
patio. Cuando empezaron las obras, Juan se fue a casa de uno de sus
hijos a vivir aunque explica que viene a diario. En la pared de la
cochera hay un escudo del Real Murcia y una foto de la alineación del
equipo del Real Madrid que jugó en La Condomina en la temporada 88-89. "Mire, es la quinta del Buitre. Están todos".
Unas
casas más allá está la de Juan Mateos, de 62 años, que también con
cinta métrica y un purito colgando del labio inferior explica que en el
murete de su porche quedará la pantalla acústica de metacrilato. "Me dijeron que no voy escuchar el tren y yo les dije que vale, que eso puede, pero que sí voy a poder tocarlo".
Pero
lo del AVE es otra historia. En el largamente reclamado AVE a Murcia,
ADIF ha decidido mover la vía y, sin previo aviso ni expropiación,
plantar el AVE justo en su puerta. Ángeles Micol, concejal de Ahora Murcia
y hasta hace dos años perito judicial en temas de urbanismo, explica
cómo se ha llegado a esta situación: "En el proyecto inicial, el que se
aprobó, el AVE iba soterrado hasta la estación. Pero de repente han
decidido cambiarlo y solo cumplen el 18% de lo que sale en la
Declaración de Impacto Ambiental. Estos vecinos no han podido defenderse
ni alegar al proyecto porque eso nunca existía. Es una indefensión
total".
Micol fue la autora de un informe pericial que sirvió de base a
una denuncia de la fiscalía que no prosperó y que acabó en un
contencioso.
Micol está junto a los vecinos, que rápidamente montan una tertulia y quieren explicar su caso. Crisanto Lorente
se baja de la Vespino en cuanto ve un periodista. "Venga a ver lo que
me hacen a mí". A unos metros está la empresa de autobuses de Crisanto,
un almacén en el que un operario arregla el motor de unos de los 15
autobuses que maneja. La empresa lleva allí 60 años.
"Mucha competencia y
muchos impuestos", resume. Crisanto, fiel a la fama de empresario
transportista, es expeditivo. "Tengo 15 autobuses que en cuanto pongan
la pantalla no podrán salir. Imagino que tendré que poner un día un
autobús en medio y que no pase nadie. Hasta que venga la policía y que
sea lo que Dios quiera. Ya lo hice una vez".
ADIF no ha contestado a las llamadas de este diario. Los vecinos
denuncian que la empresa dependiente de Fomento actúa como si estuviera
por encima del bien y del mal, sin dar explicaciones. El lunes los
técnicos montaron una reunión improvisada con afectados y los vecinos
fueron acompañados de concejales de la oposición. "Nos dijeron que no
querían políticos, pero ni que hubiera venido Albert Rivera. Queremos luz y taquígrafos", brama Joaquín Contreras, portavoz de la Plataforma Pro-Soterramiento.
Francisco Bernabé,
exconsejero de Fomento y hoy diputado del Congreso del PP, sí acepta
sin problemas dar su versión. "El soterramiento es un logro de la
ciudad, ya que los últimos AVE se han inaugurado sin soterramiento. El
problema es que la vía actual va muy cerca de las casas a ambos lados y
no hay otra forma de hacerlo".
Bernabé explica que mientras se soterra
el AVE, hay que hacer una vía provisional en uno de los márgenes del
actual trazado y como no hay más sitio tiene que quedarse junto a las
casas.
Una fuente del Ayuntamiento de Murcia (PP) insiste en
que la obra es inevitable, minimiza el impacto sobre el número de
vecinos pero señala que hay que buscar soluciones a los más afectados,
como la casa de Juan Fernández Abad, con una expropiación temporal o un
realojo. Dicha fuente insiste en que la alternativa sería parar la
circulación de trenes durante el tiempo que dure la obra del
soterramiento, algo inviable. El problema es que los vecinos no se fían
de que la obra sea temporal y que dentro de unos años vuelva al trazado
actual. "La estación de Murcia la inauguró Isabel II como algo temporal y
ya lleva allí 150 años".
No hay comentarios:
Publicar un comentario