martes, 9 de mayo de 2017

Bailemos un vals / Ángel Montiel *

José Vélez, alcalde de Calasparra, intervino de telonero en el mitin murciano de Pedro Sánchez, el pasado domingo en Murcia, para sugerir explícitamente que la Gestora del PSOE utiliza métodos mafiosos (motivado tal vez porque no le admitieran avales de nuevos militantes de su localidad) y que se desempeña con parcialidad en favor de la candidata oficial de las primarias socialistas, Susana Díaz, a quien calificó como La Faraona, esto último con escasa originalidad, ya que es como se refieren a ella sus propios admiradores. 

Lo curioso es que a Vélez no le ha respondido la Gestora, que es la directamente aludida por esta grave descalificación, sino precisamente los partidarios de Susana Díaz, a quien el alcalde señalaba como los favoritos del órgano arbitral de las primarias. Cualquier observador externo podría deducir que cuando el cuestionamiento a las actuaciones del árbitro por los favores al equipo visitante no son registrados en el acta sino replicados por el equipo de casa no hace falta siquiera ver las jugadas repetidas: se da por hecho que las críticas están justificadas. ¡Qué gran escándalo los insultos a la Gestora! dicen los que han sido aludidos como protegidos de ésta, mientras la Gestora calla y otorga.

José Vélez se limitó el domingo a enunciar desde la tribuna lo que se comenta en todos los tendidos, y con esto, de manera quizá poco sutil, contribuyó a las exigencias de la ´nueva política´, que de existir consistiría en decir la verdad con todas las consecuencias. Las primarias del PSOE, en su expresión pública, son un ejercicio de simulación sobre las auténticas convulsiones internas, que a estas alturas han creado situaciones irreparables. 

Pero si alguien se presta a decir, sujeto, verbo y predicado, lo que realmente está pasando, le caen las de Caín. ¿No habíamos quedado en que estos tiempos exigen poner todas las cartas sobre la mesa? ¿A quién se podría engañar con una imagen de ´amigos para siempre´ que compiten lealmente por matices de una misma idea general? Los susanistas no se cortan en calificar a Sánchez de rencoroso, perdedor, secesionista, populista, indocumentado, narcisista y voluble, probablemente no sin razón, o a Patxi López de oportunista que aspira a sacar tajada de su posición a sabiendas de que no ganará, pero que será objeto de ´integración´. ¿Y qué pasa, que los susanistas son ejemplo de beatitud, cuyas maniobras ventajistas no pueden ser identificadas?

Recordemos que el pretexto de la Gestora para trasladar las elecciones primarias a la primavera de los corrientes, es decir casi a un año vista del ´golpe´ contra Sánchez en el Comité Federal del pasado octubre, era que antes que decidir sobre un nuevo líder, el PSOE debería aclararse acerca de sus ideas para este tiempo nuevo en que la socialdemocracia europea, tanto como la española, anda un tanto perdida en el espacio sideral. El enunciado parecía razonable: primero es el qué, y después vendrá el quién. Sólo que, como ha quedado en evidencia, se trataba de una estratagema para tratar de difuminar el victimismo de Sánchez, dando tiempo a la andaluza para recuperar el favor de las bases. 

La Gestora no ha dado señales de vida en cuanto a propuestas para el debate de las ideas. No ha convocado convenciones, seminarios o asambleas para tratar de definir la función de la socialdemocracia en esta fase, en contra de la propia justificación para prolongar la solución del liderazgo. Tampoco ninguno de los tres candidatos apela a ideas, sino a sentimientos de grupo, a nostalgias evocadoras o a reproches sobre los que tras el 20D pudo haber sido y no fue. Todos funcionan con clichés, ya gastados por lo demás, y sin referencia alguna a la sociedad expectante que permanece fuera del reducidísimo núcleo de la militancia socialista.

Todo sonsonete contiene, por si fuera poco, una consecuente paradoja. Ejemplos. Cuando escuchamos al jefe regional del PSOE reprochar a Ciudadanos que haya facilitado un Gobierno del PP ¿no se nos viene a la mente que su partido validara a Rajoy para gobernar el país por razones equivalentes a las que pretexta Ciudadanos en el caso murciano? Y cuando González Tovar señala al nuevo presidente del PP, López Miras, como tutelado del líder de este partido, Pedro Antonio Sánchez, ¿a quién no se le pasa por la cabeza que el propio Tovar ha venido ejerciendo, hasta la caída en desgracia política de su hija, María González Veracruz, bajo el mejor criterio de ésta? 

En este contexto, el alcalde de Calasparra hizo muy bien en no emular a su homónimo el cantante canario que invitaba a que «bailemos un vals». ¡Está el PSOE para bailar valses!


(*) Columnista


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/05/09/bailemos-vals/827702.html

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