La victoria por mayoría absoluta de Pedro Sánchez en las primarias
del PSOE y la llegada de Puigdemont a Madrid para decir que celebrarán
el referéndum sobre la independencia de Cataluña son las cuestiones que
agitan el debate político en este país.
Y también en el flanco zurdo de la política donde Podemos no ha
querido quedarse fuera del escenario y ha ofrecido a Sánchez retirar su
moción de censura contra Rajoy -le han puesto otra a Cifuentes en
Madrid- si el PSOE presenta otra moción de censura contra el presidente
del Gobierno.
Un presidente, Rajoy, que ni sufre ni padece y se centra en la
cuestión del desafío catalán sobre la base de un documento publicado por
el diario ‘El País’ (suponemos que filtrado con puntual intención) en
el que se detallan los planes para declarar la independencia de Cataluña
en solo 24 horas. Sobre este documento Rajoy dijo que constituye una
‘amenaza y un chantaje’ al Estado de Derecho para romper la unidad de
España y aseguró que eso no va a ocurrir.
Aunque Puigdemónt respondió desde el Ayuntamiento de Madrid que ‘el
Estado no tiene tanto poder como para impedir el referéndum’, lo que sin
duda está por ver. Más bien parece al contrario, que la Generalitat no
tiene capacidad política, jurídica y material para llevar a cabo esa
consulta que muy probablemente será sustituida por unas elecciones
autonómicas.
Sobre la crisis del PSOE Rajoy no ha querido opinar pero si ha dicho
que no tiene la intención de adelantar las elecciones generales. Y
también confirmó que no ha llamado a Pedro Sánchez para felicitarlo
porque pensó que estaba ‘muy ocupado’. O, sencillamente, porque Sánchez
lo ha insultado dos veces: cuando dijo en el último debate electoral
televisado ‘usted no es una persona decente’; y recientemente cuando
declaró que ‘Rajoy es la manzana podrida’ del cesto de la democracia.
Con esos modales va a ser difícil que exista cordialidad o algo de
sintonía política entre ambos dirigentes aunque Sánchez debería saber
que Rajoy, además de presidente del PP, es el Presidente del Gobierno de
España y que debe respetarlo como tal. Y si no lo hace se equivocará.
Rajoy está ahora dedicado a sacar adelante los Presupuestos de 2017
que es su prioridad en un país que, según sus palabras, crece al 3%
mientras la media de la UE lo hace al 1,7 %. Pero de paso ha enviado a
la fiscalía del Estado el documento sobre el proceso independentista
catalán y exprés que se acaba de conocer para prevenir cualquier ataque a
la legalidad. Para lo que en el caso que ocurriera prevé contar con el
apoyo del PSOE y del resto de fuerzas constitucionales porque ‘no
imagino -dice Rajoy- que el PSOE pueda hacer otra cosa’.
En realidad lo que el PSOE y Sánchez necesitan es tiempo para curar
las muchas heridas internas de este partido que está roto en dos mitades
y al 50 % si sumamos los votos de Susana Díaz y Patxi López frente a
los de Pedro Sánchez. Y ese tiempo es crucial para recomponer
electoralmente el PSOE de ahí que a Sánchez, como ayer vino a decir su
compañero Odón Elorza, le conviene que Rajoy acabe la legislatura.
Porque de no ser así Sánchez sumaría su tercera gran derrota
electoral en caso de adelanto de los comicios generales y en un momento
en el que el PSOE gira a la izquierda dejando abandonado el centro de
la política que es el segmento crucial. Como bien lo saben en C’s y el
PP que bien podrían beneficiarse del giro a la izquierda con el que
Sánchez espera recuperar parte de los 5 millones de votos socialistas
que en 2015 y 2016 se fueron a Podemos y que el renovado líder del PSOE
cree que volverán.
(*) Periodista
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