CARTAGENA.- El litoral de la Región de Murcia destaca por la producción acuícola,
donde el atún genera ingresos en primera venta, con cifras que en el
2016 fueron superiores a los 21 millones de euros y una producción total
de 1.401.713 kilos. Durante el pasado año, la producción de atún rojo
mediante la explotación extractiva produjo 39.713 kilos, mientras que a
través de la acuicultura la explotación llegó a la cifra de 1.362.000
kilos.
Las costas de la Región de Murcia albergan dos tipos de explotación
del atún rojo, la pesca extractiva principalmente con palangre de
superficie, aunque también se puede realizar con cerco; y la explotación
acuícola de cultivo seminatural, a partir de ejemplares capturados en
el medio marino, o de ciclo cerrado, en cautividad, donde el Instituto
Oceanográfico de Murcia (IEO), apoyado por la Comunidad, la Universidad
Politécnica de Cartagena (UPCT) y empresas es pionero en estas técnicas
de cultivo larvario.
Las capturas de atún rojo se encuentran reguladas desde 2009 en la
Unión Europea, debido a la sobreexplotación, a través de un plan de
gestión que ha dado buenos resultados. En año 2017 las cuotas de atún
rojo para España están en 4.253 toneladas, 719 toneladas adicionales con
respecto al 2016, que fue de 3.543 toneladas.
El atún rojo entra en el Mediterráneo para reproducirse en sus zonas
de nacimiento procedente del Atlántico en los meses de abril y mayo. Su
reproducción tiene lugar de forma habitual en el mes de junio y sus
capturas se realizan hasta que terminan las cuotas fijadas.
La explotación pesquera del atún rojo ha estado siempre ligada a las
costas del Mediterráneo y son numerosas las citas históricas que
sustentan la evolución de esta pesquería tradicional. Este recurso
pesquero ha tenido a lo largo de sus numerosos años épocas de bonanza
con capturas muy elevadas, y períodos de preocupación marcados en la
antigüedad por condiciones oceanográficas poco favorables para la
reproducción y reclutamiento de juveniles.
La Región de Murcia desde la época romana ha sido lugar de
tratamiento de las canales de atún rojo, que al igual que la ciudad de
Baelo Claudia en la actual Tarifa (Cádiz), proporcionaba carne salada que se
convertía en el alimento básico para los tripulantes y legiones de los
galeones romanos, que durante tantos años sirvieron para expandir el
imperio romano y defenderlo.
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