lunes, 8 de mayo de 2017

Cómo la industria redobla el uso del aceite de palma pese a la presión social

MADRID.- El debate sobre el uso del aceite de palma en la industria agroalimentaria ha marcado a todo el sector en los últimos meses. Sin embargo, mientras la presión social y mediática crece contra un alimento cuyas propiedades nutritivas y su proceso productivo están puestos en duda, el sector apuesta más que nunca por este ingrediente, revela hoy Cinco Días.

En concreto, en 2016, España importó aceite de palma por valor de 935,8 millones de euros, según los datos recogidos por la Secretaría de Estado de Comercio. Es la cota más alta de la serie histórica. Supone casi duplicar lo importado en 2012 y es un 19% más que lo registrado en 2015.
Los primeros datos de 2017 demuestran que la tendencia sigue al alza. Según consta en el registro de Comercio, se ha importado aceite de palma por valor de 216 millones entre enero y febrero, casi el doble que en los mismos meses del año pasado.
La importancia de este aceite para la industria agroalimentaria es notable. Se usa en bollería, dulces, precocinados, galletas, snacks y otros productos que entran a menudo en el carrito de la compra de los consumidores. Es también un producto bastante utilizado para los biocarburantes.
España figura como el cuarto importador de la Unión Europea, por detrás de Países Bajos, Italia y Alemania, y el aceite de palma se sitúa entre los productos alimentarios más importados por España, según el anuario de 2015 de la patronal del sector, FIAB.

"Alimento seguro"

Sin embargo, en el sector se pretende calmar el debate sobre este producto. Fuentes de la industria agroalimentaria española aseguran que las propiedades de este ingrediente “permiten disfrutar de toda una gama amplia de productos seguros para consumo humano”. En concreto, se destaca que permite alargar la vida útil de los alimentos.
Las citadas fuentes subrayan que “todos los alimentos que el consumidor tiene a su disposición son seguros”, puesto que el sistema de seguridad alimentaria de España y la UE es uno de los más “estrictos” del mundo. “No entraña riesgos específicos siempre teniendo en cuenta que debe enmarcarse en una dieta variada y equilibrada”.
Sin embargo, no son pocas las voces que han criticado el uso de este alimento. Por un lado, las ONG y las organizaciones ecologistas han criticado el impacto medioambiental que tiene su producción. 
En el caso de España, el mercado del que proceden el grueso de las importaciones es Malasia, un país donde dichos organismos han alertado por la deforestación provocada por estas explotaciones intensivas, que además dejan a parte de la fauna, como los orangutanes, sin su hábitat.
Las citadas fuentes sectoriales argumentan que en la industria se está “plenamente concienciado” con la importancia de una producción sostenible. “Somos conscientes de que existe aún mucho camino por delante, debemos seguir trabajando en esta línea”, reconocen.
Pero la crítica al aceite de palma se hace, sobre todo, desde el punto de vista de la salud. Se liga a este producto con un alto contenido en grasas saturadas. Además, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) llegó a ligar el uso de este producto con el cáncer si no estaba cocinado a cierta temperatura.
También a esto responde la industria y las citadas fuentes señalan que se ha trabajado por reducir los niveles de grasa del aceite de palma en un 50% entre 2010 y 2015. “La industria se ha adelantado a la regulación que se está evaluando a nivel europeo”, señalan. Ninguna organización sanitaria ha recomendado la prohibición de su uso.

Los supermercados mueven ficha

A tenor de las cifras de importación, la industria no ha optado todavía por prescindir del aceite de palma. Por contra, las cadenas de supermercados han comenzado a mover ficha. Alcampo fue la primera en anunciar que eliminaría el aceite de palma de sus productos de marca blanca. Posteriormente, otras como Mercadona o Dia también han asegurado que trabajarán para reducir el uso de este ingrediente.
Tal ha sido el debate generado que este ha llegado al Congreso de los Diputados. Tanto el grupo de Ciudadanos como el de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) presentaron sendas proposiciones no de ley para eliminar el uso del aceite de palma de la industria alimentaria. Por otro lado, el Parlamento Europeo votó el mes pasado por amplia mayoría a favor de limitar el uso del aceite de palma, especialmente en biocarburantes, por su impacto medioambiental.

¿Cómo está respondiendo el sector?

Industria. Pese a que el debate sobre el aceite de palma es antiguo, las importaciones de este producto no han parado de crecer, salvo escasas excepciones como en 2015. Hay empresas como Ferrero, que produce Nutella, uno de los productos más señalados, que han defendido abiertamente su uso con campañas de publicidad en algunos países como Reino Unido.

Distribución. La mala imagen social de este producto está llevando a los grandes grupos de supermercados en España a negociar con sus proveedores para eliminar el uso de este aceite en sus productos de marca blanca. Alcampo, Dia, Mercadona o Eroski han anunciado medidas en este sentido.

ONG e instituciones. La mayoría de llamamientos para la eliminación del aceite de palma proceden de ONG ecologistas, quienes critican los efectos en la deforestación. En el plano de la salud, los organismos internacionales se han limitado a recomendaciones dietéticas y ninguno ha optado por pedir su prohibición.

No hay comentarios: