domingo, 7 de mayo de 2017

El polémico aceite de palma: ¿qué planta es y qué clima necesita?


SEVILLA.- Mucho se ha oído en los últimos meses hablar del aceite de palma, un tipo de aceite vegetal, con gran cantidad de grasas saturadas, que algunos supermercados han llegado a prohibir. Se utiliza en multitud de productos de alimentación como snacks, bollería, productos precocinados… e, incluso, en algunos cosméticos como cremas y maquilladores, introduce https://noticias.eltiempo.es.

Tiene además un gran impacto ambiental que lo han puesto en tela de juicio; y muchos nutricionistas lo han sacado de las dietas, pero ¿qué tipo de planta es y qué clima necesita?
Se obtiene de la palma aceitera, en concreto de la palma africana (Elaeis guineensis), que ya se usaba hace más de 5.000 años en zonas de Guinea Occidental, aunque comenzó a expandirse por América y Asia durante las épocas de colonización, pero siempre por las zonas climáticas que la pueden mantener.
Este cultivo se desarrolla en temperaturas de entre los 24ºC y 28ºC y si alcanza temperaturas mayores a 30ºC produce aborto en la floración, pudiendo perderse en ocasiones hasta un 60% de la producción.
Necesita una gran cantidad de lluvia, de mínimo 1.500 litros por metro cuadrado, pudiendo llegar a tolerar hasta 2.400 litros al año; precipitaciones menores darán como resultado baja producción y solo tendríamos crecimiento vegetativo pero sin fruto.
Requiere también de una alta humedad en el aire, de hasta el 75%, por lo que no puede sembrarse en climas secos y de alta incidencia solar, ya que la planta podría no tener producción por el estrés climático que sufriría.

Los principales países productores de aceite de palma

Los principales países productores son Indonesia, con más de 34.000 toneladas, y Malasia con más de 19.000, además de otros que siguen por detrás como Tailandia y Nigeria, pero siempre en climas tropicales, entre los dos trópicos, por lo que se hace imposible encontrar estas plantaciones en países de Europa, aunque si se encuentra en algunos productos alimenticios y algunos biodiésel.
Debido a las condiciones climáticas tan peculiares que requiere y a la fuerte expansión en los últimos años, se han talado cientos de hectáreas de selvas para dar paso a la palma, lo que ha supuesto un problema para estos ecosistemas.
Las plantaciones de palma, comienzan a producir frutos a los 4-5 años de ser plantadas, mediante el uso de variedades seleccionadas y clonadas, y alcanzan su mayor producción entre los 20 y 30 años. El fruto aparece en forma de racimos, que llegan a pesar entre 10 y 25 kg, con miles de ellos de forma ovalada que miden entre 3 y 5 centímetros y que sirven de alimento a multitud de aves, insectos y monos.
Además de la palma africana, existen otras variedades de aceite de palma, como el que procede de la palma americana o nolí (Elaeis oleífera) o la variedad brasileña (Barcella odora).
En todos los casos, requieren igualmente de condiciones climáticas de tropicalidad y abundantes precipitaciones, que mantengan siempre a las palmeras con gran vigor y con una gran producción de frutos. A ninguna de las tres especies les viene bien una gran insolación, pues sufrirían daños con más de 1.500 horas de sol al año, y necesitan los cielos nublados durante buena parte del día.
En España prácticamente todas las provincias superan las 2.000 horas de sol año y algunas del sur incluso alcanzan las 3.000, así que será difícil encontrarse a una palma aceitera paseando por Sevilla.


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