Pedro Sánchez ha vuelto al Congreso de los Diputados como gran
triunfador. Se fue en Octubre del año pasado, después de entregar su
acta de Diputado porque le había convencido Patxi López (frente al
criterio opuesto de Margarita Robles), de que, como secretario general
del partido, no podía votar en contra de lo que había decidido el
Comité Federal y que la mejor salida era renunciar al escaño.
Por eso,
cuando un día de Enero Patxi López llama a Sánchez, para comunicarle que
tenía intención de presentarse a las primarias, no podía creer que
quien más había insistido en que abandonase el escaño y quedase a la
intemperie, fuese precisamente López. De ahí el estado depresivo en el
que entró Sánchez, que llegó a preocupar a sus compañeros que habían
permanecido, incondicionalmente, leales a él.
Este Lunes el Renacido secretario general del PSOE, ha vuelto al
Congreso de los Diputados, aunque no ha podido ocupar ningún escaño,
pero sí, la Presidencia del Grupo Parlamentario, mayormente a favor de
Susana Díaz, que tenía que votar a la magistrada Margarita Robles como
portavoz de un Grupo que, no es precisamente, partidario de la antigua
colaboradora del exministro de Justicia e Interior, Juan Alberto
Belloch.
Aunque sus adversarios que insisten en su falta de militancia
(olvidándose del papel de personas muy relacionadas con la Justicia y
que ocuparon importantes puestos de responsabilidad como José Antonio
Alonso o María Teresa Fernández de la Vega) cuentan que hubiera sido
peor el nombramiento de la actual número dos del partido, Adriana
Lastra, odiada por los “susanistas”.
De todas formas, Sánchez ha vuelto al Congreso de los Diputados como
triunfador, cuando la mayoría de los diputados presentes no daban un
duro por él y porque, además, apostaban por la presidenta andaluza
Susana Díaz, la candidata del aparato que había terminado con él, y que
habían decidido todos apostar a ella, como nueva figura emergente del
PSOE. Para que no quedara duda, y a pesar de que muchos de los
asistentes no tenían el mínimo interés en escucharle, Pedro Sánchez ha
repetido cuál va a ser el rumbo del “nuevo PSOE”, igual que hizo el
domingo en la clausura del 39 Congreso del partido.
Para marcar terreno, Sánchez delante de los diputados que, con su
abstención, han permitido el gobierno de Rajoy, ha arremetido con
dureza, como “líder de la oposición”, contra el Gobierno, contra el PP y
contra Mariano Rajoy, lo que no significa que reclame una reunión con
el Presidente del Gobierno, el mismo que, hace unas horas, le pedía ”
cordura y moderación” ante su discurso calificado por muchos dirigentes
populares y de alguno socialista, de “Podemita”.
Pedro Sánchez ha dejado
claro el rumbo del nuevo PSOE. Acudiendo al gran enfrentamiento que
tuvo cara a cara con el Presidente del Gobierno al que recordó su
comportamiento indecente. Sánchez volvió a ese enfrentamiento que
provocó la ruptura de relaciones entre los dos.
“Rajoy me pide moderación y nosotros le pedimos decencia”, ha
asegurado ante sus parlamentarios, después de acusar al Gobierno de
“amparar, permitir y facilitar la corrupción y la impunidad en la
política española”. “Rajoy pedía ayer moderación al PSOE cuando la
cúpula del PP está declarando por la trama Gürtel y la financiación
ilegal de su partido”, ha afirmado haciendo referencia al llamamiento a
la calma de Mariano Rajoy al líder del PSOE tras su proclamación.
“Nuestra prioridad es cambiar un Gobierno que está secuestrando las
instituciones públicas para ponerlas a su servicio. El PSOE siempre ha
liderado el cambio y, por eso, tendemos la mano a las fuerzas del
cambio”, ha explicado, para insistir en su iniciativa de crear un
espacio de entendimiento con Podemos y Ciudadanos. Un espacio que quiere
crear cuanto antes para lo cual ya se ha dirigido a Podemos y
Ciudadanos para iniciar los contactos. “Juntos o, por separado”.
(*) Periodista y economista
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