miércoles, 21 de junio de 2017

'Navantia' inicia en la ría de Ferrol su primer buque militar en dos años y medio con repercusión positiva en Cartagena

FERROL.- Dos años y medio después de iniciado el Buque de Acción Marítima (BAM), Navantia comenzó ayer otro buque militar en la ría ferrolana: el primer barco de aprovisionamiento en combate de los dos que en mayo del pasado año le encargó la Armada de Australia, según publica La Voz de Galicia

La ceremonia de cortado de la primera plancha de acero se llevó a cabo en la antigua Astano -como ya había sucedido con el BAM- porque Navantia tiene previsto repartir la fabricación de los logísticos para las antípodas entre ambos astilleros, aunque el mayor peso de la construcción del navío y el montaje en la grada se efectuará en Ferrol. 
La chapa cortada -para el bloque 220-3- mide ocho metros de largo y 1,8 de ancho y supera los mil kilos.
El acto, que contó con la presencia del director de Navantia Fene-Ferrol, Julio Martín, y de los responsables del programa australiano en el astillero, tuvo un carácter interno.
Dentro de ocho meses se repetirá esta misma ceremonia, ya que se iniciará la construcción del segundo buque logístico. Ambos están basados en el modelo Cantabria, que fabricó Navantia para la Armada española. El contrato de construcción incluye, además de la fabricación de los dos barcos, la opción de fabricar un tercero y el mantenimiento de los dos por un período inicial de cinco años.
El primero de los barcos tendrá que ser entregado en el 2019 y un año después, el segundo.
La empresa que preside Esteban García Vilasánchez anuncia que esta obra supondrá ocupación para 1.800 trabajadores al año, aunque solo 330 pertenecerán a la plantilla directa. Otros 530 serán empleados de las firmas auxiliares y los 900 restantes de las plantillas de otros suministradores.
En total, serán tres millones de horas de trabajo que recaerán en la zona, a las que habrá que sumar otras 35.000 derivadas de la fabricación y suministro de los motores principales, diésel generadores y reductoras que se realizarán en el astillero de Cartagena. Otras tantas horas serán las que se consuman en la producción del Sistema Integrado de Control de Plataforma.
El cumplimiento de los plazos de entrega es el gran reto al que se enfrenta Navantia en esta obra, ya que tendrá que fabricar los dos buques en 42 meses, un período solo ligeramente superior al que tardó en fabricar el Cantabria para la Marina española.
Aunque los trabajos se inician ahora en los talleres, habrá de esperar a finales de año o principios del siguiente para que comience a percibirse en la ocupación y el empleo en la ría.
En las próximas semanas tendrá que despejarse también la ceremonia de botadura del BAM, aplazada desde mayo.

Navantia celebrará el próximo miércoles su habitual consejo de administración mensual. Si no se modifican las previsiones, los consejeros abordarán el nuevo organigrama que ha elaborado el equipo que lidera Esteban García Vilasánchez y que traerá cambios de responsabilidades a nivel directivo y también en los métodos de trabajo. Un día después, se refrendará el organigrama en el consejo que celebrará su accionista, la SEPI.

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