jueves, 20 de julio de 2017

¿Va usted a negar el calentamiento global? / Guillermo Herrera *

No, no voy a negar la evidencia, especialmente ahora que estamos axfisiados de calor. Lo que niego son las causas, las explicaciones oficiales simplistas que ofenden a la inteligencia, porque el tema es mucho más complejo de lo que parece.

Este verano vamos a sufrir dos grados más de media que el verano pasado, pero también se registraron temperaturas récord de frío durante el invierno. Es verdad que el casquete polar ártico se está derritiendo, pero también es cierto que el hielo de la Antártida está aumentando.

Ya hubo un calentamiento global muy fuerte en la edad media, cuando no se utilizaban combustibles fósiles, porque esto parece ser cíclico. También se está calentando la atmósfera de Marte y de todos los planetas del sistema solar donde nadie usa combustibles fósiles, que sepamos.

Esto se debe a que estamos atravesando un campo de alta energía plasmática llamado “el cinturón de fotones”, pero también se debe a la cercanía de una estrella enana marrón llamada Némesis, apenas visible, que irradia mucho calor, y sólo se ve con un telescopio de infrarrojos.

No olvidemos tampoco que el Sol ha cambiado de frecuencia y ahora emite más calor. Pero este calor se atenúa con las nubes, el polvo en suspensión y la inclinación del eje terrestre de rotación.

Esto no quiere decir que no influya también la contaminación artificial, especialmente en las grandes ciudades con el aire muy sucio. Por eso estoy a favor de las energías limpias, tanto de las conocidas como de las secuestradas por la élite petrolera como la fusión fría, la energía de punto cero o la de racimo de carga, que en cambio nos han vendido la basura radiactiva de las centrales nucleares. Precisamente el gobierno de Francia va a cerrar ocho centrales nucleares convencida de la maldad de esta tecnología que comenzaron llamando “átomos para la paz” para vendernos la moto.

EXTORSIÓN
Todo empezó con el famoso discurso del illuminati Al Gore para crear un sistema de recaudación de impuestos por el aire que respiramos. Este dinero lo utilizan para fumigarnos veneno, como a las cucarachas, a través de las famosas estelas químicas o “chemtrails” con la excusa de manipular el clima. Por eso creo que Donald Trump acertó cuando sacó a EE.UU. de estos acuerdos de Tokio, y todos nos hemos beneficiado de ello porque se han reducido las fumigaciones.

Pero la mayor parte de la contaminación atmosférica no procede de la Humanidad, sino de los muchos volcanes activos, cada vez más, que hay en el planeta. Además la mayor parte de la contaminación humana no procede del transporte terrestre, sino del marítimo, a pesar de que ocultan tecnologías de antigravedad y teletransporte para enviar mercancías.

Otro error es la creencia de que la mayor parte del oxígeno lo produce la selva del Amazonas u otras junglas. No, la mayor parte procede de las algas marinas, especialmente las de tamaño microscópico. Por eso es tan importante evitar la contaminación de los océanos.

Según los expertos vamos hacia una pequeña era glacial de seis años con temperaturas extremas en invierno y en verano. Por eso el periodista Luis Carlos Campos lo llama “calentamiento glacial” en uno de sus libros.

Por lo tanto el tema es muy complejo y no valen los razonamientos simplistas que nos vende la élite embustera, cuyo objetivo es chuparnos la sangre por todos los medios posibles, a través de la propaganda, porque sólo son depredadores con sonrisa hipnótica de reptil para cazar víctimas.



(*) Periodista

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