sábado, 22 de julio de 2017

El euro, divisa refugio / Primo González *

Casi nadie daba por  descontado que el valor del dólar   caería durante este año frente al euro como lo ha hecho. Nada menos que un 10%.  La llegada de Donald Trump al poder en otoño pasado despertó tantas esperanzas en los ambientes económicos que el valor de la divisa estadounidense se  llegó a acercar a la paridad frente a la moneda única europea, el euro. Uno frente a uno. Pero la luna de miel entre las expectativas económicas y el señor Trump ha durado poco, el tiempo que han tardado en deshacerse sus quimeras electorales, aquellas medidas que iban a arrasar y a fortalecer a la economía mayor del mundo como nunca ningún otro presidente lo había logrado antes.

Trump ha ido perdiendo crédito conforme pasaba el tiempo y ninguno de sus grandes propósitos se tornaba realidad, un rumbo que el valor del dólar ha ido reflejando a diario y en la  misma dirección decreciente. Aquella rebaja masiva de impuestos, aquellos planes de infraestructuras con cifras billonarias, aquellas promesas de libertad económica dentro de un creciente proteccionismo que permitiera renacionalizar sectores productivos que se han ido beneficiando de la globalización. A  la hora de la verdad, nada de esto ha visto la luz y en algunos casos ni siquiera se ha puesto la primera piedra de esta nueva política tan cacareada por el locuaz inquilino de la Casa Blanca.

Tanta es la falta de confianza en la línea económica del presidente americano que hasta la Reserva Federal, su  banco central, ha tenido que buscar mil artimañas  argumentales `para convencer a todo el mundo económico de que los tipos de interés no van a subir al ritmo que se consideraba necesario para la economía americana hace todavía seis meses. Aquella hoja de ruta de subidas trimestrales de un cuarto  de punto en los tipos de interés han pasado de momento a la historia. El hecho de que la Reserva Federal no suba tipos al ritmo previsto ha podido tener alguna influencia en  la debilidad de la  divisa estadounidense.

La consecuencia  de este desajuste en las divisas no va a ser  en principio un buen negocio para Europa, ya que el euro está en máximos de dos años frente a la divisa estadounidense  y este hecho puede resultar perjudicial para la capacidad exportadora de algunos países europeos, en especial para Alemania, motor económico de la zona euro. De momento, las cifras de crecimiento en Europa están resultando mejores de lo esperado, pero  un  euro  muy apreciado no resulta  una buena oportunidad para los exportadores de la zona europea.
El valor del euro no sólo sube frente al dólar. 

En paralelo, su solidez está atrayendo capitales  de otras latitudes, que han vuelto a situar a la divisa europea como una especie de divisa refugio, en la que se  asientan capitales que en condiciones normales estarían más comprometidos con el dólar. De esta forma, el euro se ha convertido en la divisa más creíble, lo que en paralelo ha provocado un frenazo en las  previstas  subidas de tipos que acariciaba el Banco Central Europeo (BCE) para finales de este año. La última reunión del BCE, celebrada este jueves 20 de julio, no ha confirmado a la postre las expectativas de subidas de tipos en la zona euro  y, por el contrario, Mario Draghi ha tenido que  enfriar un poco los ánimos asegurando que los tipos bajos en Europa van para largo.


(*) Periodista y economista


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