MADRID.- El futuro político del ex presidente del ejecutivo murciano Pedro
Antonio Sánchez vuelve a ser motivo de controversia entre la dirección
nacional del PP y la de los populares de la región. A punto de que se le
abra juicio oral por el “caso Auditorio”, desde Murcia defienden que,
al no tratarse de un caso de corrupción, éste no tiene ni por qué dejar
el escaño ni, tampoco, la presidencia del partido, recoge hoy https://www.elindependiente.com.
En cambio , desde
Génova aducen que su resistencia “nos hace daño”, al tiempo que esperan
que se imponga en el PP de Murcia alguna voz que haga reconsiderar la
posición, de nuevo, numantina de los que niegan que éste tenga que
abandonar todas sus cargos.
El argumento de los defensores del ex presidente es que el propio
juez ha retirado el presunto delito de malversación de fondos públicos,
limitando la acusación a prevaricación y fraude en subvención pública, perfectamente
compatibles con un error de gestión. Es lo que desde el PP llaman la
“doctrina Villegas”, en alusión al secretario general de Cuidadanos,
José Manuel Villegas, de que “no es lo mismo meter la pata que meter la
mano”.
Pero si bien Génova acepta este principio, lo cierto es que
entienden que la situación de Sánchez ha llegado a un punto de no
retorno y eso que fue encumbrado a la presidencia regional del PP ya
estando investigado por la construcción del auditorio de Puerto
Lumbreras siendo él alcalde de la localidad.
Desde la dirección
nacional popular apuntan a que, en todo caso, hay voces internas en el
partido de la región que están abriendo el debate sobre la conveniencia
de la continuidad de Sánchez, que dimitió de presidente autonómico el
4 de abril tras una férrea resistencia que solo forzó la amenaza de la
presentación de una moción de censura por parte de Ciudadanos, que
sostiene al PP en el gobierno autonómico.
Publicamente, en cambio, Génova defiende que este es un tema interno
del PP de Murcia. Así lo dijo ayer el coordinador general popular,
Fernando Martinez-Maillo, en un desayuno informativo. Tras recordar que
su compañero de filas “ya dimitió” de la presidencia autonómica, señaló
que “lo que suceda dependerá mucho de lo que decida el partido en la
región”.
Pero lo cierto es que, una vez más, la defensa que de su líder hacen
en la Comunidad no se comparece con la posición de un sector del partido
en la región ni con la de la dirección nacional , cuyo coordinador tuvo
que negociar hasta el último momento con el mismo Villegas una salida
que impidiera perder el gobierno autonómico.
No es plato de gusto tener sentado en el banquillo al barón
territorial sobre todo cuando se acercan, inexorables, las eleciones
locales y autonómicas del cuarto domingo de mayo de 2019 que Mariano
Rajoy ha pedido que comiencen a preparar ya.
De poco sirven los
mensajes que lanzan los populares murcianos asegurando que no es un
caso de corrupción. También dijeron que Sánchez no se sentaría jamás en
el banquillo, que el caso sería archivado. Con el mismo énfasis
defendieron que tampoco se le imputaría por la trama Púnica.
Desde el entorno de Fernandez-Maillo aspiran a no tener que
intervenir o, al menos, a no tener que intervenir directamente de modo
que sea el propio partido allí el que ponga punto y final a la carrera
de Sánchez, cada vez más acorralado por los tribunales.
El artículo 18 apartado 8 de los estatutos del PP
determina que en los casos en los que un afiliado incurra “en cualquier
forma de corrupción en el ejercicio de un cargo público, o realice
conductas que estén tipificadas como delito doloso que por su naturaleza
o por las circunstancias en las que se hayan cometido se considere
incompatible con las obligaciones y deberes éticos” que marca el propio
texto, se procederá a la apertura de un expediente informativo “en el
momento en que se produzca el señalamiento del juicio oral”.
Pero es que el propio Maillo, en una entrevista concedida a El Independiente
pocos días después de la dimisión de Sánchez de la presidencia de la
Comunidad, afirmó que, en caso de apertura de juicio oral y en
aplicación de los estatutos del partido, el presidente del PP de Murcia debería dejar esta responsabilidad y el escaño.
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