lunes, 17 de julio de 2017

Un tercio de gasolineras desatendidas tendrá que adaptar sus medidas de seguridad

MADRID.- Algo más de un tercio de las gasolineras desatendidas -aquellas que funcionan sin la supervisión de un empleado- que hay en España tendrán que hacer adaptaciones para cumplir la nueva normativa de prevención de fugas, según la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automática (Aesae).

El presidente de Aesae, Manuel Jiménez Perona, ha explicado que, no obstante, la aprobación por el Consejo de Ministros el pasado 7 de julio del real decreto que actualiza la reglamentación de las instalaciones de suministro de carburantes a vehículos despeja el camino para que el sector de las gasolineras automatizadas pueda desarrollarse en España, frente a las trabas que están poniendo algunas normativas autonómicas.
Jiménez Perona ha recordado que la aprobación de la norma, la nueva instrucción técnica MIP 04, está pendiente de autorización desde hace cuatro años.
Y ha señalado que esta ha coincidido con el fin del plazo que la Comisión Europea (CE) -que aceptó una denuncia de Aesae contra la proliferación de legislaciones autonómicas que restringían la libertad de mercado y la libre competencia- impuso al Gobierno español para que diera una respuesta a este asunto.
Aesae considera que esta normativa, que obliga a las gasolineras desatendidas a implantar medidas como un interruptor de paro de emergencia que permita el corte de corriente, la supervisión con cámaras de seguridad y la conexión con una central receptora de alarma, acaba con el único impedimento que seguían poniendo algunas administraciones a este modelo de estaciones de servicio, que era la seguridad.
Jiménez Perona ha afirmado que la nueva normativa supone por eso un "paso adelante" que el sector necesitaba para poder desarrollarse, y ha señalado que la gran mayoría de este tipo de estaciones de suministro no tendrán que hacer adaptaciones, ya que "son muy nuevas" y se han anticipado a los nuevos requisitos.
Además, para las algo más de un tercio que tendrán que incorporarlas, las inversiones no son excesivamente cuantiosas, de entre 15.000 y 20.000 euros.
En su opinión, el proceso de adaptación será rápido porque se sabía que se tendría que hacer en algún momento y se llevará a cabo de buen grado, ya que se ha puesto fin a la incertidumbre de que tuvieran que contar con personal, como establecen algunas normativas autonómicas.
Aunque cree que el proceso que queda "no va a ser tranquilo", ya que hay comunidades como Castilla y León o Andalucía que tienen normas que obligan a tener personal en las estaciones de servicio y que intentarán defender sus competencias en materia de consumo llegando incluso al Tribunal Constitucional (TC), Jiménez Perona opina que el reconocimiento de la seguridad como competencia nacional y exclusiva del Estado allana el camino.
En su opinión, al aprobar el Gobierno la nueva reglamentación que refuerza los sistemas de prevención se eliminan incertidumbres, que siempre detraen a la inversión, lo que puede contribuir a la expansión de las gasolineras desatendidas en España, donde sólo hay 550 sobre las algo más de 10.600 estaciones de servicio existentes en el país.
Sin embargo, en Europa las estaciones automatizadas eran ya más de 10.200 en 2011, un 7,7 % del total y con un ritmo de crecimiento del 4 % anual.
Y hay países como Dinamarca o Suecia donde son más del 60 %, o como en el caso de Francia, donde representan un 10 %, o Bélgica, con un 20 %.
Jiménez Perona cree que la expansión de este modelo abaratará los precios al haber más competencia en la distribución de carburantes en España, donde actualmente el 70 % está en manos de tres grandes operadores.

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