miércoles, 2 de agosto de 2017

Vistazo al futuro cercano / Guillermo Herrera *

Según las leyes naturales del comportamiento humano, yo no debería ser cristiano, tras haber sufrido en mis propias carnes las humillaciones del sistema educativo fascista del nacional-catolicismo, pero el Señor me tocó por sorpresa. Esto le ha sucedido a mucha, muchísima gente, incluso en contra de su voluntad, porque nadie puede resistirse al amor y el perdón. 
 
Han existido muchos maestros espirituales en la historia de la Humanidad, algunos buenísimos y extraordinarios como Buda o Lao Tse, pero ninguno tiene tanto poder para derretir corazones: “Cuando tú te alejabas de Mí, yo seguía amándote.”

Juan José Benítez me enseñó a conocer al personaje, y Alberto Canosa me ayudó a entender las escrituras. Hay muchas interpretaciones, quizás demasiadas, pero yo sólo quiero exponer algunas ideas básicas sobre el presente y el futuro de la humanidad.

Es evidente que todos nos originamos del Creador, pero el mundo entero está yaciendo en poder del inicuo. Por eso Jesús no vino a traer la paz sino la guerra, porque ser cristiano representa una guerra interna, y a veces externa, contra los poderes invisibles de este mundo.

“Conoceréis la Verdad, y la Verdad os liberará.” Esto quiere decir que no es un tema de pegar tiros sino de liberar información, es decir, revelar todos los enigmas y misterios que se han mantenido ocultos a la Humanidad para hacerla ignorante y manipulable. Aquí los periodistas tenemos una responsabilidad tremenda, puesto que la información es luz.

Estamos en pleno proceso de elevación espiritual de la Humanidad, pero hay muchos que se niegan a evolucionar. Estoy seguro de que se va a producir una intervención divina directa para limpiar el planeta de toda la escoria humana que impide su ascensión.

No serán castigados, porque un Padre amoroso no puede castigar a sus propios hijos. Por el contrario, se les dará la oportunidad de seguir evolucionando en otro planeta más primitivo, según el nivel evolutivo de cada alma, hasta que tengan otra oportunidad dentro de miles de años. Es decir, que no será un castigo, sino una limpieza en seco que cambiará el mundo para el beneficio de todos los seres.

No sé cuándo se producirá el evento, pero Isaac Newton calculó el “fin del mundo” (que en realidad es el final de este sistema y el comienzo de otro nuevo muy mejorado) para el año 2.060, pero Alberto Canosa asegura que la limpieza de demonios o ángeles caídos, por ángeles de rango superior, comenzará en junio de 2.018 y terminará en septiembre de 2.019. Por eso están tan nerviosos los de la élite.

Sin embargo, existe y ha existido una intervención divina, indirecta y encubierta, para evitar la destrucción del planeta y de la Humanidad. Dicha intervención impide el funcionamiento de todas las bombas atómicas que existen este planeta.

Estoy convencido de que los “felices años veinte” del siglo XXI van a ser más moviditos que los del siglo XX, en lo que se refiere a acontecimientos mundiales trascendentales. La Biblia profetizó la caída de todas las monarquías, empezando por la británica, cuando salga a la luz todo el daño que han hecho a la Humanidad.

La liberación de Corea del Norte está predicha en las profecías bíblicas de Daniel, y por lo tanto forma parte de la agenda divina para liberar a toda la Humanidad. Será el principio de la revelación de todos los enigmas y misterios que acabará con el poder de la camarilla oscura del llamado “Estado profundo” y conducirá a la liberación de la Humanidad.

Según la Academia de Ciencias de EE.UU. están secuestradas unas seis mil patentes de energía libre por razones de “seguridad nacional”. Estas razones no son otra cosa que el negocio petrolero contaminante. A Rusia tampoco le interesa, porque viven del petróleo y del gas natural. Cuando salgan a la luz dichas patentes, cambiará el destino de la Humanidad para bien.
 
 
 
(*) Periodista

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