sábado, 19 de agosto de 2017

Pérez-Ruzafa, catedrático de Ecología en la UMU: "Es una utopía poder volver a recuperar totalmente el Mar Menor"


MURCIA.- El catedrático en Ecología de la Universidad de Murcia (UMU) Ángel Pérez-Ruzafa advirtió este sábado que "la situación del Mar Menor es crítica porque el sistema no se ha estabilizado aún y las fuentes de estrés ambiental siguen siendo una amenaza real", aunque también ve "síntomas claros de recuperación de forma lenta".

Pérez-Ruzafa afirma que "el Mar Menor está en las manos de los murcianos y su capacidad de recuperación depende de que la sociedad lo haga bien, desde los diagnósticos a la toma de decisiones y las acciones que se acometan, desde el ámbito personal a la gestión política".
"No hay fechas para la naturaleza", así de tajante se muestra Pérez-Ruzafa sobre cuándo podría producirse la recuperación del Mar Menor, de la que cree que "en el mejor de los casos se puede anticipar algunas regularidades, pero los ecosistemas suelen requerir décadas para recuperar sus equilibrios".
Respecto a la visión de futuro del Mar Menor, a Pérez-Ruzafa le gustaría que fuera como el que conoció en su niñez, que por entonces era "un ecosistema razonablemente natural, dominado por sus propias fuerzas y no por las nuestras, y en el que uno podía sentirse inmerso en una naturaleza única e impresionante en su aparente tranquilidad".
Aunque, el propio catedrático en Ecología cree que "es una utopía volver a recuperarlo totalmente porque la simple densidad de personas o edificaciones o embarcaciones ya nunca serán las que eran".
"Es posible que el Mar Menor mantenga intacta su integridad ecológica, la claridad de sus aguas y sus equilibrios naturales, que sus respuestas y cambios sean los debidos a las condiciones ambientales naturales, no a presiones que nosotros provoquemos por un afán de enriquecimiento o por simple ignorancia de lo que es correcto", ha apuntado Pérez-Ruzafa.
El último informe sobre la situación del Mar Menor, elaborado por Pérez-Ruzafa y Concepción Marcos -profesora de ecología de la UMU y su esposa-, pone de manifiesto que "el Mar Menor sigue dando síntomas claros de recuperación a nivel biológico", aunque subrayan ambos en su informe que los actuales episodios de calor extremo "han afectado a su temperatura".
Una de las medidas recomendadas por el Comité de Partipación Social en su informe es la de mantener la vigilancia sobre los vertidos, pero sobre todo, anticiparlos y evitarlos.
Sobre este aspecto, Pérez-Ruzafa percibe "una preocupación real por resolver el problema por parte del Gobierno, a diferencia de lo que ocurría en el pasado".
Además, Pérez-Ruzafa se ha referido a la ola de calor 'Lucifer' que azotó a principios de agosto a Europa del Este como un suceso dañino para el mar, y ha dicho que "se pueden minimizar sus efectos si el Mar Menor conserva su integridad ecológica, y para ello es muy importante que los ciudadanos no sean agentes de estrés adicionales".
En referencia a la política llevada a cabo para la recuperación del Mar Menor, Pérez-Ruzafa opina que "se necesita una política activa de plantear bien los problemas, sentar a todos los agentes a la mesa para proponer, estudiar y aplicar soluciones estructurales que tengan permanencia y adaptabilidad en el tiempo". Y se muestra contrario a una política represiva en este tema.
Respecto a la partipación de los murcianos en este asunto, Pérez-Ruzafa cree que "los movimientos ciudadanos que han surgido se lo han tomado muy en serio y las redes sociales son un reflejo de la preocupación que hay por hacer las cosas bien".
Pérez-Ruzafa es licenciado en Biología por la Universidad de La Laguna, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia y doctor en Biología por la misma universidad.


Quién es Pérez-Ruzafa en relación al Mar Menor

El amor que Ángel Pérez Ruzafa (Murcia, 1958) profesa desde pequeño al Mar Menor le dirigió hacia la biología marina. “Mi abuelo Juan, que de joven fue minero en La Unión antes de emigrar a Murcia, tenía una carpeta donde con caligrafía inglesa impecable había escrito: ‘El Mar Menor, en peligro’. En ella guardaba documentos, fotos, recortes de periódico y actas notariales denunciando los vertidos de la actividad minera. 
En 1955, cuando el ecologismo no existía ni como concepto, consiguió con otros vecinos de Los Urrutias que cesaran los vertidos. Mi padre me transmitió estas inquietudes y la curiosidad por investigar esta laguna costera, de la que entonces no se conocía casi nada científicamente. Por eso decidí especializarme en biología marina y, en cuarto de carrera, me marché a la Universidad de La Laguna”. 
Regresó a Murcia a hacer la tesis sobre el Mar Menor alertado por su padre de que un discípulo del ecólogo Ramón Margalef había aterrizado en la UMU. Se trataba de Joandoménec Ros, hoy catedrático de Ecología en Barcelona. Pérez Ruzafa logró que fuese su director, lo que supuso un punto de inflexión de su trayectoria hacia la investigación de los ecosistemas marinos.
Recién casado con Concepción Marcos -también ecóloga a la que tuvo la suerte de conocer en el archipiélago canario-, surgió la necesidad de visitar a especialistas de otros países. Recuerda que “montamos un pseudoviaje de novios con tintes científicos. 
Este apasionado de las lagunas costeras lamenta la persistente escasez de infraestructuras y presupuesto que sufren las universidades públicas para trabajar y mantener al personal técnico. 
“Los equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Instituto Español de Oceanografía cuentan con infraestructuras y técnicos estables, pero en la universidad, tras treinta años de formar y mantener personas a cargo de proyectos, seguimos en precario y sin personal técnico estable
Pero su gran objetivo ha sido y serán las lagunas costeras; y en especial, su adorado Mar Menor. Nuestro experto defiende que “hemos roto muchos tópicos. Eran ecosistemas relativamente denostados por ser sistemas estresados de forma natural, con fluctuaciones ambientales muy marcadas, propensos a la contaminación, aparentemente simples y poco atractivos para la investigación.
Sin embargo, el Mar Menor ha resultado ser tremendamente complejo con una gran capacidad de autorregulación: se defiende muy bien de las agresiones humanas y es un ejemplo óptimo para estudiar cómo se organizan los ecosistemas”.
“Nuestras investigaciones muestran que todo es gracias a una red trófica compleja, muy heterogénea en el espacio y en el tiempo y con un porcentaje muy elevado de componentes variables que dependen de la baja probabilidad de colonización de las especies que entran desde el Mediterráneo”.
Pérez Ruzafa se apoya en una analogía con el sistema inmunológico humano: “El Mar Menor posee mecanismos homeostáticos que permiten compensar las presiones a las que lo tenemos sometido; por ejemplo, la entrada de nutrientes y la eutrofización. Algunos elementos de la red trófica aumentan su abundancia, como las medusas, para impedir la proliferación excesiva de otros, como las algas, evitando crisis distróficas y mareas rojas. La complejidad del sistema es posible gracias a un equilibrio delicado entre permitir que haya colonización de especies desde el Mediterráneo y poner restricciones para que esta no sea masiva. De este modo, se logra que los componentes de la red trófica sean distintos todos los años hasta en un 40%. Es admirable cómo esta continua y sorprendentemente alta tasa de renovación le permite defenderse de las agresiones; cómo un sistema tan dinámico puede ser estable y mantenerse ‘igual’ a sí mismo es una tema de investigación apasionante”.

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