MURCIA.- La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo confirmó la condena a un año y medio de prisión a un teniente coronel del Ejército del Aire exresponsable de la Sección Económico-Administrativa de la Base Aérea de Alcantarilla que pagó comidas, lotes de productos navideños, ropa, libros y una mesa de cocina para su casa con cargo a los presupuestos del destacamento.
Además de abonar en concepto de responsabilidad civil 16.002
euros, el militar condenado tendrá que devolver a la Base Aérea de
Alcantarilla los dos ejemplares de 'Las ciudades invisibles' de los que se
había apropiado.
La sentencia considera probado que cometió un delito
consumado y continuado contra el patrimonio en el ámbito militar, con la
atenuante de dilaciones extraordinarias e indebidas.
Desde su incorporación como jefe, el entonces teniente
coronel rompió con la costumbre de que cada comensal se pagara el coste
del cubierto de la comida de Navidad que celebraba su Unidad.
El militar dispuso y realizó lo preciso para que se abonaran
al menos tres comidas con cargo a los fondos presupuestarios de la base
sin conocimiento ni autorización del coronel jefe de la Base y sin
incorporar al expediente formal de contratación motivación ni relación
de asistentes. Por una de las comidas celebrada en un restaurante de
Murcia se llegó a pagar hasta 1.620 euros.
En otra ocasión, según los hechos probados, con motivo de la
fiesta de la Patrona del Ejército del Aire, el Coronel jefe de la Base
encargó al militar que buscara un restaurante para la cena-baile,
prohibiendo que el precio, cifrado en treinta euros por persona, se
sufragara, en todo o en parte, con fondos presupuestarios.
El condenado concertó con el restaurante un precio de 55
euros por cada cubierto que abonó con cargo a los presupuestos sin
entregar como parte del pago los 3.030 euros que le adelantaron las 101
personas que asistieron a la cena, a la que se sumaron otras diecisiete
personas, invitadas por el militar, que no pagaron nada.
El Coronel también compró lotes de productos navideños que
repartió entre el personal de la base murciana, en algunos casos
mediante entrega en su domicilio.
Además, adquirió trajes, camisas y corbatas de paisanos para
él y para cada uno de los capitanes en el mismo centro comercial de
Murcia en el que compró una mesa extensible de cocina para su domicilio.
Otra de las compras que realizó fue la adquisición de dos
ejemplares de la obra impresa "Las ciudades invisibles", una para él y
otra para su cuñado.
La Sala de lo Penal desestima el recurso interpuesto por el
militar condenado y confirma la pena de un año y medio de prisión que le
impuso el Tribunal Militar Central.
En su sentencia, indica que el acusado se inventó
necesidades del servicio que no existían, en ciertas ocasiones porque no
se requiere en absoluto el bien o prestación, y en otras porque,
careciendo de atribuciones para definir o establecer la necesidad, lo
hace pese a todo, sin conocimiento ni consentimiento del Coronel jefe de
la Base Aérea.
En todas las ocasiones, precisa la Sala, "se utilizaban los
recursos económicos disponibles para fines distintos de los previstos,
simulando la necesidad de unas adquisiciones que no era real".