domingo, 16 de julio de 2017

El Júcar bloquea el riego de socorro a Murcia con agua que se vierte al mar


ALICANTE.- La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha frustrado el intento de los agricultores del Tajo-Segura de conseguir 22 hm3 de agua de esta cuenca con la que poder afrontar mejor la sequía en lo que resta de campaña de verano y para comenzar la del otoño. La Junta de Gobierno decidió hace unos días que durante la actual campaña de riegos no habrá desembalses técnicos en los pantanos de Bellús y Tous, lo que ha cerrado la posibilidad de que se pueda derivar el caudal que todos los años acaba en el mar por el Azud de la Marquesa en cumplimiento de los planes antirriadas, según adelanta Información.

La decisión se produjo tan sólo unas horas después de que los responsables del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) se reunieran con sus homólogos de la Acequia Real del Júcar para tratar de cerrar un acuerdo que comenzó a gestarse en mayo.
«La ley de prevención de las riadas del otoño obliga a desembalsar agua para mantener un nivel de seguridad. Ese es el caudal que reclamamos», había explicado el vicepresidente del Scrats, José Antonio Andújar.
La mala situación del embalse de Alarcón, que almacena 200 hm3; menos que el verano pasado, es el argumento de la CHJ para vetar la posible venta de agua, ya que, al parecer, va a utilizar el caudal de los embalse de Bellús y Tous para satisfacer las necesidades de unos regantes que tienen asignados derechos de hasta 14.000 hm3; por hectárea al año, el doble de los regantes del Trasvase. En los pantanos hoy «cerrados», las reservas de agua son casi de 100 hm3; más que en julio de 2016.
Antonio Rico, director del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante, subraya que «lo que está pasando con el sector agrícola del sureste no es de recibo cuando, además, hablamos de un sector que es modélico en España porque de la necesidad hemos hecho la virtud y el 90% de nuestras explotaciones se riegan por goteo aprovechando al máximo un recurso que en ocasiones no llega a los 500 m?3; por hectárea y año».
Rico recordó, sin embargo, que «en muchas zonas valencianas se riega todavía a manta y en los últimos 20 años nunca han tenido problemas de abastecimiento». Para el catedrático de Análisis Geográfico Regional y experto en agricultura, los agricultores del Trasvase «deberían contar con unos recursos de agua de entre 5.500 y 7.500 m?3; por hectárea al año con unos precios de entre 0,15 y 0,20 euros/m?3; para tener aseguradas las cosechas y el sustento de miles de familias. Ese es el reto por el que debieran trabajar nuestras autoridades».
El máximo que tienen autorizado es de 5.200 m3/hectárea y año.
El descenso de las reservas de agua en la cuenca del Júcar ha terminado por bloquear una de las últimas opciones que les quedaban a los regantes del trasvase Tajo-Segura para obtener la cesión de unos 22 hm3; de caudal de la Acequia Real del Júcar, algo que llevan negociando desde hace dos meses y que ya es inviable después de que la Junta de Gobierno de la Confederación del Júcar decidiera en su última reunión renunciar a los denominados desembalses técnicos, un caudal que no está asignado a nadie.
Los agricultores del Tajo-Segura se reunieron la semana pasada con sus homólogos de la Acequia Real del Júcar para negociar un posible acuerdo. Al final, el acuerdo fue similar al que llevan años escuchando los regantes de la Junta Central del Trasvase Júcar-Vinalopó. Sin problemas, pero cuando se pueda. Diecisiete años llevan esperando agua de calidad en el Vinalopó.
Durante su visita pudieron comprobar en directo cómo llegaba un buen caudal de agua al Azud de la Marquesa, desde donde se iba al mar.
El avance de la sequía en la cuenca alta del Tajo ha puesto a los agricultores en una situación límite ante la falta de agua para afrontar en condiciones la temporada de verano y el resto de este año, en el que será difícil que pueda volver a derivarse una sola gota desde el Tajo, a no ser que se produzca una autorización extraordinaria del propio presidente Mariano Rajoy.

«Necesitamos las nuevas fragatas F-110 como muy tarde en 2023 o 2024», dice el AJEMA nacido en Cartagena en 1954


MADRID.- Desde abril el almirante Teodoro López Calderón (Cartagena, 1954) lidera un equipo humano formado por 20.290 marinos y 111 buques. Es el jefe de Estado Mayor de la Armada, conocido en el argot militar como «el Ajema». 

Militar de vocación, ingresó en la Armada en 1973. Entre sus empleos anteriores destaca el mando de una agrupación naval de la OTAN o su último destino como comandante del Mando de Operaciones desde donde coordinó, entre otras misiones, el despliegue de la nueva misión de adiestramiento del ejército iraquí contra Daesh.

Hoy, día de la Virgen del Carmen (patrona de todos los marinos y de la Armada Española) el almirante López Calderón preside junto al Rey y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, la jura de Bandera y la entrega de los reales despachos de los nuevos oficiales de la Armada Española. A ellos, un mensaje: «Son herederos de una institución protagonista de hechos tan trascendentes como el Descubrimiento de América, de logros científicos o la misma Batalla de Lepanto». Historia, tradición y tecnología siempre definieron a nuestros marinos.

Almirante, tras años de recortes, ¿cuál es el estado actual de la Armada Española?  

Los recortes nos obligaron a concentrar el sostenimiento en aquellas unidades demandadas para las operaciones. Esto tuvo un impacto en aquellas unidades que no participaban y cuyo nivel de alistamiento se vio rebajado. También ha habido una importante reducción de personal. Además ho hubo renovación de unidades: en los últimos nueve años se han dado de baja 27 buques dándose de alta 7, de mayor valor militar porque están adaptados a los tiempos, pero se han perdido en el camino 20. Es necesaria planificar una renovación.

¿Cuál es la necesidad más apremiante para la Armada Española?
 
El personal: tenemos que tener claro qué personal necesitamos, tanto en cantidad como en calidad. Desde el punto de vista del material, la primera necesidad es las fragatas que den relevo a la clase Santa María (F-80), con más de 30 años de servicio y que a partir de 2019 o 2020 van a perder su valor militar. Es necesario tener un relevo con las nuevas F-110 como muy tarde para 2023 o 2024, para ello nos gustaría firmar la orden de ejecución el año próximo.


¿Qué nos puede contar del proyecto del submarino S-80? Se juega mucho en ese proyecto la Armada y Navantia...?
 
El problema inicial de los pesos se ha resuelto. El submarino S-81 está en proceso de construcción, lo llamamos S-80 Plus porque hubo que alargarlo y darle un poco más de volumen. Ahora los problemas que existen son los que tiene cualquier programa de alto contenido tecnológico y creemos que la industria española los sacará adelante. Tenemos la esperanza de que el tercer submarino de la serie sea capaz de salir con un sistema de propulsión independiente del aire (AIP). Será un submarino puntero tecnológicamente en los años que salga adelante.

¿Qué calendario maneja?
 
Queremos que se entregue el primer submarino en 2022 para estar plenamente operativo en 2023.

La Armada Española sobrellevó con resignación la baja del portaaviones Príncipe de Asturias. ¿No había otra opción realmente?
 
No. El escenario económico lo impedía. Empleamos ese gasto en mantener otros buques. 

Los aviones de combate Harrier de la Armada tienen una vida útil que se acerca a su fin. ¿Se puede permitir España prescindir del ala fija embarcada a bordo del Juan Carlos I? 
 
Creemos que los Harrier podrán llegar hasta 2027. La fuerza aérea embarcada es una capacidad muy importante que tienen las Fuerzas Armadas españolas porque permite hacer la proyección sobre tierra en cualquier parte del mundo sin necesidad de otras bases o aeropuertos en el mundo. Además tiene una capacidad de disuasión muy importante. Deberán decidir si quieren mantener esa capacidad. La Armada cree que sí debe mantenerse porque una vez perdida vuelve a costar el mismo trabajo regenerarla en un futuro.

¿Es el avión F-35 de Lockheed Martin el único modelo posible? 
 
En esta pregunta no hay mucho que pensar: es el único modelo existente. La cubierta de vuelo del Juan Carlos I solo permite aviones de toma vertical y despegue en corto como el F-35.

¿Hay contactos con Lockheed Martin, empresa fabricante del F-35? ¿De cuántas unidades hablaríamos?
 
Contacto formal con Lockheed Martin no hemos establecido porque estamos hablando de un asunto a muchos años vista. Habría que estudiarlo pero doce aviones mantendrían la capacidad actual.

De la nueva fase de los Buques de Acción Marítima (BAM) qué nos puede contar. ¿Cuándo entrarán en servicio las nuevas unidades?
 
Los BAM están siendo un éxito en la Operación Atalanta, con despliegues de entre 4 y 5 meses. Están dando el rendimiento que esperábamos a un coste mucho más bajo que el de una fragata. Ahora hay dos BAM más en construcción con mejoras en el radar Aegis, introducidas por Indra. Al tiempo que damos de baja otros patrulleros de altura, la aspiración es obtener una segunda serie: tres BAM más como patrulleros de altura y otro de intervención subacuática que sustituya al Neptuno.
 
Mosul ya no está en manos de Daesh... ¿El principio de la derrota total o intentarán golpear en Europa como venganza?
 
Realmente éste ya no es mi ámbito de responsabilidad, ya que como sabe hace tres meses que dejé de ser comandante del Mando de Operaciones. No obstante, mi opinión personal es que, efectivamente, la pérdida de Mosul supone un duro golpe para Daesh, y que a raíz de este hecho sus actividades futuras en Irak se parecerán más a las de un grupo terrorista cualquiera que a las de una fuerza que emplea tanto las técnicas terroristas como las de carácter militar convencional, como las que hemos conocido en el pasado. 
También creo posible que a raíz de esta nueva situación haya combatientes de Daesh que traten de regresar a sus países de origen y, entre los que lo consigan, haya quienes intenten llevar a cabo acciones terroristas en sus países de origen o acogida. Pero creo que este riesgo no es exclusivo de Europa, sino como hemos visto, es una situación que puede afectar a cualquier nación del mundo.

¿Está siendo efectiva la misión Sophia de la UE para acabar con las mafias de la inmigración ilegal?
 
Efectiva para acabar con las mafias no lo es ya que los buques no están autorizados a entrar en el mar territorial de Libia. No obstante, se está teniendo éxito y se está capturando a personas relacionadas con estas mafias de tráfico humano. Es cierto que tiene una actividad importante de salvamento de vidas humanas en la mar pero mientras no haya un Estado, capaz de controlar su territorio y sus mares, es difícil que se resuelva el problema de las mafias de personas en Libia.

¿La presencia de los buques de "rescate" genera un efecto llamada?
 
No creo que haya un efecto llamada: primero fueron las miles de personas ahogadas en el mar, lanzadas por las mafias, con independencia de si había buques o no esperándolos. Mientras Libia esté como esté, lo van a seguir haciendo.

La fragata F-105 Cristóbal Colón acaba de finalizar su misión en Australia. ¿Qué valoración hace?
 
La valoración es muy favorable y para la Marina australiana incluso más favorable. Nos permitió desplegar a coste bajo un barco. También ha constituido un apoyo a la industria nacional.

Cierto, Navantia espera obtener un nuevo contrato para construir nueve fragatas a la Marina australiana… ¿Para ese tipo de misiones también está la Armada?
 
La Armada tiene como uno de sus cometidos el apoyo a la industria nacional, algo recogido en la Directiva de Defensa Nacional de 2012.

España se está mostrando muy activa en los despliegues de la OTAN. ¿En la Alianza el debate del 2 por ciento no es algo tramposo? Países como Grecia gastan más del 2 por ciento pero apenas aportan a las misiones...
 
No diría tramposo. Puede ser un gran criterio si es matizado. Pero evidentemente sí es un dato del esfuerzo medio que necesitaría la Alianza para ir asumiendo parte de la carga que ahora soporta EE.UU., que es el fondo de la cuestión. Luego hay países que gastan un porcentaje mayor al 2 por ciento pero que luego no lo ponen al servicio de la Alianza.

¿Le sorprende que no le haya preguntado aún por Cataluña? ¿A un militar se le debe y se le puede preguntar por ello?
 
Hombre, no me sorprende que no me pregunte porque, en efecto, lo de Cataluña es una cuestión político-legal y nosotros no tenemos nada que decir al respecto. En ese aspecto nada que comentar siquiera.

Esteban Villarejo
http://www.abc.es/espana/abci-necesitamos-nuevas-fragatas-f-110-como-tarde-2023-o-2024-201707160158_noticia.html

La Audiencia Nacional investiga a CaixaBank por la indemnización de su exconsejero

BARCELONA.- Una querella por la venta de una finca se ha convertido en una investigación sobre el presente y el pasado de la cúpula de CaixaBank. En un auto del 28 de junio, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata investiga por delito societario y de apropiación indebida a Juan María Nin, ex consejero delegado de la entidad catalana, y a toda la cúpula de Caixabank, adelanta hoy El Confidencial

En el centro de la diana del magistrado se encuentra el finiquito millonario de Nin, acordado con el banco tras su salida. Fuentes oficiales de la entidad han señalado a este diario no tener conocimiento oficial de este tema. "En todo caso", indican, "la indemnización de Juan María Nin fue debidamente aprobada habiendo cumplido la entidad sus obligaciones de publicación".
La querella que da paso a estas diligencias se admitió a trámite en mayo de este año y se centra en un proceso de compraventa de tres fincas que arrancó en 2007. Una de ellas es el Cortijo de los Mimbrales, ubicado en el sureste de la Corona Forestal de Doñana. Esta villa y sus cerca de 1.000 hectáreas de terreno servían como garantía de parte del proceso de compraventa de los otros inmuebles. 
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la compró por 49,88 millones de euros en 2015 y CaixaBank extinguió las hipotecas que gravaban sobre ella y que habían sido concedidas por Cajasol, Banco de Valencia y Banca Cívica, entidades absorbidas por el banco catalán. Quienes habían aceptado que Los Mimbrales fuera garantía del proceso vieron cómo su procedimiento "resultó frustrado, ya que todos los bienes habían desaparecido", relata el auto del juez.
La demanda inicial hila este procedimiento con los cambios que, mientras, se estaban produciendo en la entidad con sede en las Torres Negras de la Diagonal de Barcelona. En concreto, con la salida de Juan María Nin de su consejo de administración. El banco acordó entregarle una indemnización de quince millones de euros. Apoyan su juicio no tanto en cuantía, sino por considerar que las ayudas públicas que recibieron Banco de Valencia y Banca Cívica, absorbidas por CaixaBank, sirvieron a la entidad catalana para sanear sus cuentas del año 2013.
Ante este escenario, el juez De la Mata ha abierto dos procedimientos. Por un lado, investiga el paradero de las cuantías pagadas por la finca. Aquí el papel de la entidad sería el de cooperador necesario al haber cumplido con los términos de la compraventa. Por el otro, sigue la senda marcada por los juicios a los directivos de las cajas que recibieron dinero público y pactaron indemnizaciones no permitidas e investiga a Juan María Nin por delito societario y apropiación indebida. Un finiquito desorbitado y creado 'ad hoc' en una entidad que recibió ayudas estatales son los extremos que llevaron al Tribunal Supremo a confirmar la condena a los exdirectivos de la caja gallega Novacaixagalicia.

Ayudas y finiquitos

A comienzos de 2013, CaixaBank devolvió los 977 millones de euros de ayudas públicas que Banca Cívica, absorbida un año antes, había recibido del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Las cifras de ayudas públicas para la compra de Banco de Valencia por parte de La Caixa incluían 4.500 millones del rescate europeo y un EPA (esquema de protección de activos, garantía contra pérdidas futuras) del 72,5% de una cartera de 6.000 millones.
En en el marco de estas ayudas fiscales, la indemnización pactada que consiguió Juan María Nin fue "desproporcionada", relata el hilo argumental de la querella que el juez retoma en su auto. Nin fue vicepresidente y consejero delegado de CaixaBank hasta junio de 2014, cuando se produjo su salida tras una serie de desencuentros con Isidre Fainé. El desenlace de un conflicto de varios años en el que este último consiguió sustituir al primer ejecutivo bancario por Gonzalo Gortázar, actual consejero delegado de la entidad. Además de a Nin, De la Mata también investiga a Isidre Fainé, expresidente de Caixabank, a Gortázar y al directivo Antonio Massanell por la aprobación del citado finiquito.
Tras su salida, Nin acordó una indemnización de algo más de 15 millones de euros, 5,3 de los cuales recibió en metálico tras aplicarse la correspondiente retención fiscal. Como informó la entidad en su momento, Nin ingresó una cantidad bruta de tres millones, el equivalente al 20% de la indemnización con el compromiso de invertir este capital en acciones de la entidad. El banco ligó el resto de la indemnización de 15 millones a la evolución futura de sus cuentas.
El procedimiento de compraventa que dio origen a la querella había arrancado en 2007, con una primera hipoteca suscrita con CajaSol. Esta entidad se integró en Caja Navarra, Caja Canarias y Caja de Burgos en Banca Cívica de la mano de Antonio Pulido. El directivo dejó la entidad a finales de 2016 con una indemnización de 1,5 millones de euros. El juez deja fuera a Pulido de la investigación, pero fuentes conocedoras de la situación aseguran que se está ampliando la querella para alcanzar el exdirector de la caja sevillana.

Lo que harán el último verano / Ángel Montiel *


Maruja Pelegrín no sabe lo que dice. Eso de que Pedro Antonio Sánchez sólo dimitirá de la presidencia del PP si hay sentencia firme en alguno de los casos que lo tienen al borde del banquillo. Si lo dice, será porque alguien le ha dicho que lo diga, ya que esta señora no se ha distinguido en su larga carrera política por mantener iniciativas propias. Esta ocurrencia sería la primera. Pero quien la haya instado a comunicar que PAS se apresta a tan penosa como absurda disposición a la resistencia está fuera del tiesto.

El actual presidente del PP tiene los días contados en el cargo, y lo saben todos en ese partido, incluido él mismo, menos Maruja Pelegrín, a pesar de ser la secretaria general. Dimitirá a la misma hora en que le comuniquen que se confirma definitivamente su pase a juicio oral para alguno de los dos casos en que está imputado, una vez cumplidos los trámites intermedios desde la publicación de los respectivos autos de los jueces instructores, trámites acerca de los que no existe duda de que concluirán con su conducción al banquillo.

Se puede suponer que el caso Púnica será el primero en llegar, precisamente el que PAS no esperaba tener que sortear y que sin embargo le costará formalmente el cargo.

De los dos casos, Púnica es el más temprano en el cierre de la instrucción, va por delante en plazos respecto al caso Auditorio, y además probablemente en éste los abogados de la acusación todavía quieran apurar la recuperación de inculpaciones para algunos protagonistas inicialmente implicados que el instructor ha dejado libres de sospecha. Es curiosa esta insistencia en la exhaustividad cuando la pieza principal ya está cobrada; tal vez se trata de prolongar la causa para ir acercando su resolución final a zonas más calientes del calendario electoral.


En pocas semanas.
La dimisión de PAS se producirá, pues, en pocas semanas. Los mismos que desde Génova hacen declaraciones de apoyo total a su continuidad, llegado el caso le reclamarán la renuncia, aunque intuyo que no será necesario que lo hagan. Otra cosa es si junto al liderazgo del PP abandonará también su escaño de diputado. Según los estatutos de su partido, en el momento de apertura de juicio oral perderá la condición de militante (sería extrañísimo que hicieran excepciones a la norma sin elementos extraordinarios consistentes que lo justifiquen, pues el PP carecería de autoridad para hacer cumplir sus propios estatutos a otros de sus dirigentes o militantes), de modo que de pretender continuar deberá hacerlo en el Grupo Mixto. El PP no puede obligarlo a abandonar el escaño, que es nominal, de modo que en tal caso los populares no tendrían que hacer frente a presiones externas. La voluntad de PAS quedaría ya fuera de su alcance.

Hay que entender que más que el prurito de mantener esa conexión con la vida política, que se extinguiría definitivamente en el plazo de dos años, si PAS decide mantener su plaza de diputado será por cálculos acerca de lo que más convenga a su defensa judicial por las circunstancias de su aforamiento y el distinto tribunal que por esa excepción jurisdiccional debiera resolver sobre sus casos. Pero al margen de esta cuestión, la prolongación de su presencia en la política sería un esfuerzo inútil que todavía agravaría más el deterioro de su imagen. Sólo podría salvarlo un milagro celestial, más imposible porque ya se ocuparía José Luis Mendoza de interceptarlo, o con el tiempo y una caña, dos absoluciones sucesivas y una posible tercera de la pieza separada del caso Auditorio cuya instrucción todavía no ha hecho el camino.


Hay un antecedente, el del melillense Imbroda, quien aguantó en la presidencia de la ciudad autónoma con una imputación hasta llegar al Supremo, que archivó su caso y facilitó que después barriera en las elecciones. Todo es posible, pero estos son otros tiempos, el escrutinio de las responsabilidades políticas es más acusado, y Murcia, con ser poco, es algo más visible que Melilla, además de que los populares, aun vivitos y coleando, llevan ya demasiada carga como para aguantarlo todo.


Tal vez por esto, en el PP murciano, cuya dirección está diseñada a imagen y semejanza de PAS, ya empieza a interiorizarse que les tocará jugar en su ausencia, por mucho que a algunos les cueste aceptarlo. Lo que el PP no va a hacer, y menos en la situación en que está esa casa, es arrastrar con PAS sin beneficio final para éste ni para el partido, agrandando el daño para los dos. Eso se da por descontado.


La dimisión, ya digo, se producirá en pocos días o semanas. Como mucho, y aun teniendo en cuenta la ralentización que provoca el verano, a primeros de septiembre. Y de inmediato, habrá que reponer la presidencia. Hay cierto ruido sobre esta cuestión, pero las nueces está plenamente identificadas. El nuevo presidente, que lo será excusando la convocatoria de un congreso, no podrá resultar otro que Fernando López Miras.


López Miras, sin remedio.
La ´vieja guardia´ está tan quemada como el propio PAS, incluso judicialmente, aun sin una acumulación tan extrema, pero a la espera de desfilar ante los tribunales, donde la mayoría de los cabecillas ya ha hecho sus pinitos. Y sólo faltaba que los que han dejado la inmanejable herencia a la generación de relevo, volvieran a primera línea para animar el recordatorio de que sigue gobernando el PP de las grandilocuentes políticas irresueltas y los grandes expresos europeos. El mejor futuro para la ´vieja guardia´ consiste en rumiar nostalgias por los restaurantes de la Huerta, evocar aquellos viajazos y cacerías gratis total y seguir disfrutando, algunos, de lo que se han llevado. Por ahí no caben sorpresas, aparte de que muchos, sabiéndose fuera de juego en el PP hace tiempo que emprendieron la práctica de la descolocación.

El conjunto del partido está tan estupefacto que no parece que admitiría nuevos experimentos, ni con el regreso de la vieja guardia ni con el reposicionamiento de las piezas de la nueva. López Miras, les guste más a unos y a otros menos, ya está ahí. Diseñar otra bicefalia supondría crear un seguro conflicto más a la corta que a la larga. Y tendrían que explicar a la sociedad los motivos por los que consideran que el actual presidente de la Comunidad es el ideal para administrar los asuntos de los murcianos, pero prefieren a otro para que se encargue de los de la organización a que pertenece. 

Es cierto que la percepción sobre López Miras es que está crudo y a disipar esa impresión no ayuda su predisposición a sobreactuar, un efecto que sólo te puedes permitir si eres Jack Nicholson. La alternativa ya está trazada, y colocar en la cúpula del PP a un presidente que no fuera el de la Comunidad sería tanto como hacer exhibicionismo de la crisis interna. Por otro lado, la estructura del partido no tiene fisuras para ese relevo por razones prácticas, y todas las instancias son pedroantonianas: la propia dirección regional, el Grupo Parlamentario autonómico, los diputados y senadores, la mayoría de los alcaldes y presidentes locales...

Pero lo cierto es que elevar a López Miras al liderazgo contiene un riesgo estratégico. Hasta ahora, no era seguro que se presentara a las elecciones de 2019: dependería de una posible recuperación de PAS o de unos buenos resultados de su gestión bienal. Pero si cuando se aproxime la hora de tomar esa decisión las encuestas o las previsiones lógicas lo abrasan ¿cómo podría dejar de presentarse siendo el presidente regional del partido? Las mismas piezas argumentales que sirven ahora para señalar a López Miras como el relevo más lógico en la presidencia del partido servirían también para que desde ella optara a las urnas de las próximas autonómicas, pues de no hacerlo se enviaría un mensaje implícito de fracaso de la gestión inmediatamente anterior, lo que no es el mejor pasaporte para afrontar una campaña electoral que será más reñida que ninguna. 

Por tanto, el PP tiene que hacerse a la idea de que la ´solución improvisada´ de López Miras (el protagonista del Plan B a PAS que ´nunca existió´) es la definitiva, y ahí debe poner todos los esfuerzos. Esa impresión, sin embargo, es la que causa cierta inquietud. Algunos preferirían dejar las decisiones importantes para cuando llegue el momento, pero los acontecimientos no han dejado lugar a la espera. Este mismo verano el PP tendrá que dar solución a su liderazgo en la Región de Murcia, y si no quiere prolongar el espectáculo de hacer malabares sobre el alambre tendrá que apostar contundentemente por López Miras, esta vez con la esperanza de que madure y tenga suerte.

Maruja Pelegrín no sabe lo que dice cuando afirma algo así como que ni el agua, el viento, la tierra o el fuego forzarán la dimisión de PAS como presidente del PP. Quien le haya dicho que lo diga está tan desorientado como ella misma cuando se presta a decirlo. O tal vez es que Pelegrín se muestra tan temeraria en sus afirmaciones al respecto porque responden a un deseo, el de no verse, siendo ella la número dos, adelantada por el tercero del escalafón para sustituir al primero. Hay veces en que los eternos número dos sueñan con ovejas eléctricas.


(*) Columnista

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/07/16/haran-ultimo-verano/845664.html 

Descuadres / Alberto Aguirre de Cárcer *

Algo pasa con las agendas de los políticos, que, como dicen los cursis, no cuadran. Especialmente la del presidente Rajoy. Por lo visto no tiene tiempo en todo el verano para recibir al Círculo del Agua, que aglutina a numerosas asociaciones agrarias y empresariales, centros universitarios y de investigación, así como a otros colectivos que están preocupados por la situación de sequía en el sureste. 

Por carta, Rajoy les ha remitido al Ministerio de Agricultura, donde los primeros contactos con las comunidades autónomas para elaborar un Pacto Nacional del Agua se han dejado en manos de directores generales. Ciertamente es difícil visitar a Rajoy en estos tiempos. Ya han pasado más de dos meses desde que Fernando López Miras asumió la presidencia regional y aún no han tenido un encuentro institucional en La Moncloa. No encajan las agendas, aseguran desde San Esteban, aunque el presidente murciano ha podido verse con el Rey durante más de dos horas y coordinarse con no sé cuántos comisarios europeos en un viaje de 48 horas a Bruselas. 

Dicen los portavoces del Gobierno regional que Miras y Rajoy hablan a menudo, pero poca utilidad pública tienen sus contactos si no trascienden los contenidos. Es sabido que los líos del agua no entusiasman al presidente del Gobierno, como ningún otro con espinas territoriales. Pero Miras y el Círculo deberían no cejar en el intento de comprometerlo en persona con el problema, como es su obligación, y que todos lo veamos. (Yo lo intentaría por última vez cuando termine el Tour de Francia. Por probar, vaya).

Quien sí encontró un hueco esta semana fue el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, quien casi sin previo aviso de las autoridades murcianas pasó como una exhalación por Murcia. Al menos dio la cara, se sometió a preguntas y comprometió plazos. La Plataforma Prosoterramiento se quedó con las ganas de un encuentro. Y me da la impresión de que algunos alcaldes, también. Aseguran que problemas de agenda, cómo no, lo impidieron. No hay que desesperarse. También es verdad que en estos tiempos verse las caras en torno a una mesa no es garantía de nada. 

Algunos se descuelgan antes de empezar, como Podemos, que se ha apeado del Pacto Regional del Agua. La política (hablar de nueva y vieja ya solo mueve a la risa) se ha convertido en un espectáculo desmoralizante por lo que tiene de frívola sobreactuación teatral, tanto en los cansinos ataques al adversario como en los anuncios de las iniciativas de gobierno. En paralelo al ‘y tú más’, con la misma ligereza se promete que con 3 millones de euros se lograrán inversiones empresariales de gran valor tecnológico por valor de 600 millones en Escombreras que con 4 millones y un rutilante Plan Gastronómico se abrirán nada menos que 1.500 restaurantes en tres años en la Región.

Volviendo al agua, percibo en Podemos propuestas que no deberían quedar fuera del debate. Poner un tope a los regadíos o utilizar las desalinizadoras es recomendable en un contexto de sequía, que además puede enquistarse por el proceso acelerado de subida global de las temperaturas. Pero, a mi juicio, tropiezan conceptualmente cuando se mezcla todo en una batidora y lo condimentan con reparos a los trasvases que tienen más peso ideológico que científico. El cambio climático reducirá el agua disponible y por eso son y serán necesarias las desalinizadoras, pero las ‘fábricas de agua’ no mitigan precisamente el cambio climático porque a día de hoy consumen una enorme cantidad de energía que contribuye a elevar los niveles de CO2. 

Por eso, California, el estado norteamericano más comprometido con el protocolo de Kioto, apenas apuesta por las desalinizadoras y mantiene los trasvases cuando están garantizados los caudales ecológicos de las cuencas cedentes. Las desalinizadoras que usan con energía fotovoltaica se cuentan con los dedos de la mano. Son prototipos no comerciales que solo están al alcance de manera experimental en los países más ricos del Golfo Pérsico. En las antípodas en cuanto a potencial económico, la mayor aportación real de la Región a la lucha contra el cambio climático consiste en mantener su cubierta vegetal, un sumidero de CO2 que está en riesgo precisamente por la falta de agua. 

Por supuesto que hay que apostar por las energías fotovoltaicas, por una reindustrialización con tecnologías limpias y por un modelo productivo sostenible, pero renunciar hoy a los trasvases es poner en riesgo el 25% del PIB regional sin disponer de una alternativa realista a corto plazo sobre la mesa. Las opiniones de Podemos en materia de agua son tan respetables como las demás, pero sorprende que considerándose adalides de esa nueva política tengan la piel mucho más fina y reaccionen con virulencia ante la mínima crítica o cuestionamiento. 

Los nuevos partidos han traído aspectos positivos a la vida pública, pero en materia de sectarismo y priorización de estrategias partidistas se han mimetizado con lo ya existente a velocidad de vértigo. Ahí está la lamentable controversia vivida con el 20 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, a raíz de una petición al Ayuntamiento de Madrid de Movimiento contra la Intolerancia, nada sospechosa de connivencia con el PP. Un día sí y otro también, dominada por ese tactismo de todos los partidos políticos, la agenda pública española nos descuadra a todos.  


(*) Periodista y director de La Verdad


Cuando los periódicos empezaron a temer a las empresas / Casimiro Gª Abadillo *

No hay democracia sin periódicos. O, lo que es lo mismo, no hay democracia sin información, y sin libertad para difundirla por cualquier medio.

La esencia de toda dictadura es el control de la información, más que la represión o el acaparamiento en unas pocas manos de todos los poderes del Estado.

Cuando Orwell quiso retratar en su novela 1984 la esencia del estado totalitario lo hizo a través del Gran Hermano. Un ente impersonal, omnipresente, que constantemente bombardea al alienado pueblo con mensajes y consignas. Los ciudadanos de ese estado ficticio no saben lo que realmente ocurre a su alrededor, porque sólo hay un medio de conocimiento de la realidad: el Gran Hermano.

Lo vemos en las dictaduras que todavía hoy alardean de su dominio sobre el pueblo. En Cuba, por ejemplo, sólo existe un periódico, Gramma, que es el órgano de difusión del comité central del Partido Comunista; y una televisión estatal que difunde constantemente programas de apoyo al régimen y cuyos informativos parecen escritos directamente por Raúl Castro. No hay acceso libre a Internet. La primera víctima del chavismo en Venezuela fue la libertad de prensa.

Este hecho palmario podía llevarnos a una conclusión errónea: si la dictadura se caracteriza por la reducción de la oferta informativa a los medios oficiales o afectos al régimen, cuanto mayor sea el número de medios en liza, la democracia será mayor. A más medios, más democracia.

Por desgracia esto no es así.

En 2009, cuando ya Internet hacía tambalearse a los grandes gigantes de la prensa de papel, el profesor de la Universidad de Princeton Paul Starr escribió un interesante artículo en The New Republic. El título de su trabajo era: Adiós a la era de los periódicos. Hola a la nueva era de la corrupción.

Para Starr los periódicos de papel habían significado el instrumento idóneo para limitar los poderes del Estado y el canal por el que los ciudadanos conocían y denunciaban los abusos públicos y privados. “Los periódicos” -afirmaba- “han ayudado a controlar la corrupción tanto de los gobiernos como de las grandes empresas”.

Podemos considerar a Starr como un visionario, pero incluso ni siquiera él se hubiera imaginado que siete años más tarde de la publicación de sus tesis Donald Trump iba a ganar las elecciones en Estados Unidos teniendo en contra a los 150 medios de comunicación más importantes del país.

No se puede cuestionar la legitimidad de la victoria de Trump, pero sí los medios por los que ha logrado llegar a la Casa Blanca.

Su triunfo ha demostrado que la prensa -entendida como los medios de comunicación de mayor prestigio- ha dejado de ser el cuarto poder.

La irrupción de Internet -una revolución tecnológica de consecuencias mucho más disruptivas que las que acarreó la invención de la máquina de vapor- ha afectado de manera especial a los medios de comunicación. Y lo ha hecho de la siguiente forma:
  1. Ha producido una caída significativa de la difusión de la prensa de papel (sobre todo en España).
  2. Las grandes empresas editoras han visto disminuir sus ingresos por difusión y publicidad.
  3. Al lanzar sus propios periódicos digitales, las grandes cabeceras han canibalizado su negocio tradicional y han acostumbrado al lector a que el acceso a la información debe ser gratis.
  4. La debilidad financiera de los grandes grupos ha permitido que grandes empresas y bancos se hagan con su gestión, limitando, por tanto, su capacidad de crítica.
  5. La reducción de costes, forzada por la caída de ingresos, ha llevado a despidos masivos y a la sustitución de periodistas expertos -con sueldos más altos- por otros de menor cualificación -pero con salarios más bajos-.
  6. La aparición de redes sociales -connatural a Internet- hace que cada vez más ciudadanos -sobre todo, jóvenes- las utilicen como medio para acceder a la información.
  7. Los gobiernos y los partidos políticos utilizan de forma profesional las redes sociales para llegar a los ciudadanos, y lo hacen, naturalmente, con sus consignas, con sus mensajes. Algo completamente distinto a la información.
  8. La revolución tecnológica ha producido la mayor concentración de poder empresarial que se recuerda en la historia. De las diez compañías más grandes del mundo por capitalización bursátil, cinco son tecnológicas.
  9. Los medios dependen cada vez en mayor medida de la tecnología y, por tanto, de unas pocas empresas que dominan el acceso a la información en todo el mundo.
  10. La proliferación de medios, la fragmentación que se ha producido en los últimos años -sólo en España hay más de 500 webs de información- hace más efectiva la presión por parte de las grandes corporaciones y los grupos políticos.
Hace 30 años, las empresas temían a los medios. Hoy son los medios los que temen a las empresas, ya que se financian fundamentalmente por la publicidad.

La decisión de dos o tres grandes anunciantes puede llevar al cierre inmediato de decenas de medios. Tal es la precariedad en la que nos movemos.

El fenómeno de las noticias falsas –fundamentalmente difundidas a través de las redes sociales y que han sido utilizadas con profusión en la campaña de Donald Trump- sólo es posible por la extensión de las redes sociales y la inexistencia de filtros de veracidad.

El uso masivo de las redes y la profusión de canales privados de televisión han derivado a otro fenómeno muy de nuestro tiempo: el sectarismo.

Cada vez más, los ciudadanos ven los canales en los que se muestra sólo una parte de la realidad, la más acorde con sus intereses o ideologías. Y lo mismo ocurre con las redes sociales. The Washington Post ha ganado el premio Pulitzer de este año por denunciar las mentiras de Trump (entre otras, sus falsas donaciones con fines caritativos). Lo más preocupante es que el conocimiento de ese hecho no provocó prácticamente ningún desgaste en la imagen del presidente.

Si la calidad de una democracia se mide por la calidad de la información que reciben sus ciudadanos, el panorama actual no es precisamente como para ufanarse.

La tecnología no es buena o mala en sí misma. Depende del uso que se haga de ella. Y la verdad es que hoy es inconcebible el periodismo sin internet, la difusión de noticias sin las redes sociales.

Dos tercios del tráfico de El Independiente llega a través de Google y de las redes sociales. Pero es más, un 75% de ese tráfico llega a través de dispositivos móviles.

Pensar que la realidad es o puede ser otra sólo nos llevará a la melancolía y a la desesperación.

Atravesamos un largo periodo de crisis. Al igual que la recesión económica y la corrupción acabaron con el bipartidismo, Internet ha acabado con el predominio de unos pocos medios.
La cuestión es cómo, en este escenario un tanto asilvestrado, los periódicos logramos recuperar la credibilidad -cada vez más diezmada- y conseguimos que los ciudadanos de forma mayoritaria vuelvan a confiar en nosotros.

La tecnología no nos libera a los periodistas de nuestras responsabilidades. Y, por tanto, tenemos que olvidarnos de los vídeos virales y volver a nuestras esencias. En un artículo publicado el pasado viernes en Financial Times, Atthew Garrahan afirmaba: “En un momento de gran agitación política a ambos lados del Atlántico, el buen periodismo es más necesario que nunca”.

Es decir, agarrarnos como a un clavo ardiendo a tres principios básicos: Veracidad, relevancia y exclusividad.

Decía Gabriel García Márquez que el periodismo o es periodismo de investigación o no es periodismo.

En efecto, en la selva competitiva en la que nos desenvolvemos podrá haber negocios que triunfen a base de generar cantidades ingentes de tráfico, pero los lectores terminarán por distinguir el grano de la paja.

Los medios que primen la verdad por encima de intereses económicos o los sectarismos ideológicos, los medios que apuesten por la investigación, por descubrir lo que hay detrás de lo aparente, serán los que consigan ganarse el respeto de los ciudadanos.

Eso llevará tiempo. Probablemente desaparezcan muchos medios en el proceso. Unos cerrarán, otros se fusionarán, etc. Pero los que se mantengan fieles a la máxima de la calidad serán los que mejor aguantarán los embates de las caídas de ingresos que nos esperan. Y la única salida para los periódicos de calidad será que los ciudadanos asuman que la buena información no puede ser gratis. 

En una entrevista publicada por El Mundo el pasado 17 de mayo, el CEO de The New York Times Company, Mark Thompson, sostenía: “La manera más saludable de financiar el periodismo es buscar consumidores que lo paguen. La gente pagará por las noticias, igual que lo hace por las series en Netflix o por la música en Spotify”.

Los periodistas recurrimos con frecuencia a la sentencia de Thomas Jefferson para medir el valor de la prensa en una sociedad democrática. Decía el que fuera uno de los llamados padres fundadores y que llegó a ser el tercer presidente de los Estados Unidos: “Si yo tuviera que decidir entre tener un gobierno y no tener periódicos o tener periódicos y no tener gobierno, no dudaría un segundo en elegir esto último”.

Si Jefferson pudiera ver lo que está pasando, seguramente volvería corriendo a su tumba.

Sin embargo, los que seguimos vivos no podemos escondernos y tenemos que ser fieles a nuestros principios -por algo el derecho a la información está recogido en el artículo 20 de la Constitución- . Tenemos que hacer rentables los periódicos porque sin beneficios no hay independencia. Pero, por encima de todo, nos debemos a los lectores, al público, a los ciudadanos. Si no somos capaces de estar a la altura de las circunstancias, es mejor que nos dediquemos a otra cosa.


(*) Periodista y editor de El Independiente.


https://www.elindependiente.com/opinion/2017/07/16/crisis-periodicos/

La solución Mac-Ron / Pedro J. Ramírez *

Como en la "recóndita armonia di bellezze diverse" con que comienza Tosca, siempre me he sentido a la vez francófilo y anglófilo. Por muy secularmente enfrentadas que estuvieran, no era difícil conciliar la pasión histórica y cultural por la "bionda" diosa Britannia y por la "bruna" activista Marianne. Una morena y una rubia en lo más alto del podio de la civilización. Ahora, como el bígamo que, decepcionado por el ensimismamiento de una de sus amantes, obtiene la mejor de las recompensas al arrojarse en el regazo fecundo de la otra, debo decir que las horas sombrías del Brexit están quedando sepultadas bajo el luminoso renacer francés.

Todavía no somos conscientes de lo que para el impulso del centrismo liberal y el desbloqueo de la UE supone el triunfo de Macron. Si las jornadas que dieron paso en 1830 a la Monarquía burguesa de los Orleans, tras la segunda caída de los Borbones, fueron bautizadas como “las tres gloriosas”, desde esa perspectiva europeísta, bien podríamos hablar hoy de las “cuatro gloriosas”. No cabe mejor denominación para las cuatro noches electorales -en las dos vueltas tanto de las presidenciales como de las legislativas- que han albergado el mayor terremoto político registrado en una democracia europea durante el último medio siglo.

Como escribe Albert Rivera, en el prólogo del libro de Macron provocadoramente titulado Revolución, “precisamente el país donde nació la dicotomía entre la izquierda y la derecha ha sido el que ha asestado el golpe definitivo a la alternancia en el poder de los viejos partidos”. Pero aún hay algo más importante que esta gozosa manumisión de millones de votantes, esclavizados por las cadenas de la utilidad en la prisión del turnismo bipartidista.

Lo sustancial es que la Francia con vocación universal de Voltaire y l’Encyclopedie, imbuida de su compromiso con el progreso humano, ha aplastado en las urnas a la Francia endogámica, encerrada en la trinchera identitaria de su hexágono. Una trinchera ante la que se turnaban en la guardia Juana de Arco, el soldado Nicolás Chauvin que, herido en 17 batallas napoleónicas, engendró la petulancia chovinista, o el mismísimo general De Gaulle. Ellos encarnan la "grandeur de la France". Lo que el historiador Lucien Fabvre describía como "el prejuicio de la predestinación".

La batalla entre globalización y amurallamiento o, lo que es lo mismo, entre racionalismo y populismo o, lo que es lo mismo, entre libre comercio y proteccionismo o, lo que es lo mismo, entre multiculturalidad e identidad nacional, se ha recrudecido en todo el mundo desarrollado con motivo de la última crisis económica. La llegada masiva de inmigrantes y el terrorismo islamista han sido los atizadores de un fuego que ya estaba ahí, como cada vez que los vientos del cambio revolucionario avivan las llamas defensivas de la reacción romántica que protege el mundo del ayer.

Se trata de una batalla transideológica que se libra dentro de cada Estado-Nación. Desgraciadamente, en el Reino Unido -y esto es algo que las carrozas, tiaras y cenas de gala no vienen sino a realzar- la reacción ha ganado la partida. Por eso un xenófobo como Nigel Farage marcó la agenda, por eso los tories están en manos de una mediocre como Theresa May y un lunático pomposo como Boris Johnson, por eso los laboristas partidarios de repetir el referéndum fueron doblegados por Corbin, por eso los lib-dem no levantan cabeza y hasta Nick Clegg se ha quedado sin escaño.

En Francia ha sucedido lo contrario. El ciclón Macron ha noqueado simultáneamente a Le Pen y Melenchon, los extremos tangentes en el punto de contacto de la eurofobia. Pero antes, había dejado en la cuneta al antiguo RPR de Sarkozy, Juppé y Fillon y al PSF de Hollande, Valls y Hamon, los dos viejos partidos, bloqueados tanto por la corrupción como por la pereza ideológica.

El ímpetu transformador de Macron ha doblado el pulso tanto a los inmovilistas como a los partidarios de la marcha atrás, bajo uno u otro disfraz. Por eso la reforma educativa, la reforma laboral y otras desregulaciones, la ampliación de los derechos civiles, la reducción del número de diputados y senadores, la desaparición de sus blindajes, la lucha contra el cambio climático o el apoyo al emprendimiento y la atracción de "talento extranjero" configuran hoy la más ambiciosa agenda regeneracionista jamás asumida por un gobierno europeo. Si la experiencia sale bien y resulta contagiosa, nuestro continente será dentro de unos años bastante mejor que hoy.

La “revolución” de Macron resultará sin duda menos sangrienta que la que comenzó con la toma de la Bastilla, menos épica que la de la Comuna de París y menos contracultural que la de mayo del 68; pero puede llegar a enlazar con todas ellas, dentro de la cadena de acontecimientos que desde Francia han moldeado el imaginario colectivo del progreso de la civilización humana.

No estamos hablando sólo de grandes seísmos políticos. No olvidemos que durante toda la segunda mitad del XIX y el primer tercio del XX el francés fue la "lingua franca" de la cultura, la diplomacia y los salones aristocráticos. Algo tuvieron que ver, por cierto, en todo ello las leyes del ministro Jules Ferry, implantando la educación obligatoria en francés, y sólo en francés, en un país lingüísticamente mucho más atomizado que la España actual.

Francia aporta también a nuestra era el compromiso activo de los intelectuales en la vida pública. Tras el papel de Zola en el "affaire" Dreyfuss, vendrán la implicación de André Malraux en la guerra de España, el existencialismo de Sartre, el feminismo de Simone de Beauvoir y el humanismo absurdista de Albert Camus.

Por algo dijo Gertrude Stein que "París era donde se podía encontrar al siglo XX". Y es que entreverados con los ensayos, novelas y dramaturgias de esos grandes creadores, la capital francesa ha exportado al mundo bienes culturales aun más intangibles, desde el pret-a-porter al Chanel Nº 5 con el que se desnudaba Marilyn, desde Les demoiselles d’Avignon que consagraron a Picasso como retratista de la condición humana, hasta la bande dessiné que, con Asterix al frente, transformó el tebeo en comic, y el comic en género literario.

Frente al auge del Frente Nacional y la deriva xenófoba de gran parte de la izquierda proveniente del comunismo, Francia y en especial París -fieles a su tradición de tierra de asilo y gran crisol multicultural- se han convertido durante las últimas décadas en el gran bastión europeo de la diversidad. Lo fueron en la gloria deportiva del Mundial del 98 cuando los bleus que conquistaron el título, capitaneados por Zidane, eran en realidad un equipo black-blanc-beur, o sea de negros, blancos y magrebíes, con oriundos de las Antillas, Guyana o Nueva Caledonia en su arrollador despliegue sobre el césped. Pero también lo fueron en las horas amargas de los recientes atentados islamistas que eligieron la sede de una revista, las inmediaciones de un estadio, la sala de una discoteca o el cosmopolita paseo marítimo de un edén turístico, como símbolos de todas las libertades que expresan la joie de vivre a la francesa.

"Batida por las olas, pero sin hundirse", como dice el lema del escudo de la ciudad de París -Fluctuat nec Mergitur-, la Francia que confía más en el poder blando de sus ideas que en la "force de frappe" de sus cabezas nucleares vuelve a emerger victoriosa de una de sus más decisivas encrucijadas. Es todo un símbolo que el arrogante Trump, que aun antes de tomar posesión recibió en su torre de oropel a Marine Le Pen, pensando que con ella clavaría el último remache en el ataúd de la Unión Europea, haya acudido a rendir pleitesía a Macron con ocasión del 14 de julio.

El presidente más joven de la historia de Francia, avalado por la autenticidad de su vida personal y la inteligencia de su trayectoria política, se ha convertido ahora en depositario de esos valores cívicos que han trascendido a todos los regímenes, pues no en vano hasta Napoleón, al coronarse a sí mismo emperador, juró "defender la integridad de la República".

Para los españoles, unidos a nuestros vecinos por periódicos espasmos transpirenaicos de amor y odio, el desenlace de esa pugna, en la que la apertura ha triunfado sobre la cerrazón, supone una maravillosa noticia y engendra una gran oportunidad. El eje París-Berlín necesita ahora convertirse en un trapecio isósceles, con Madrid y Roma en sus vértices inferiores, para compensar la pérdida de peso político que implica el bréxit con una mayor cohesión del occidente continental.

La mejor manera de sacar partido a la ocasión sería poniendo nuestro sistema político en orden de combate reformista, lo cual -a diferencia de lo sucedido en Francia- no puede ser cosa de uno, sino de dos. Es curioso que en las últimas semanas proliferen quienes tratan de empequeñecer tanto a Albert Rivera como a Pedro Sánchez, midiéndoles por el rasero de Macron. Que si el líder de Ciudadanos carece de su preparación económica, que si el secretario general del PSOE nunca tendrá la madurez necesaria para asumir su pragmatismo. Pero siendo cierto que Macron fue un gran ministro de Economía y que ha construido un proyecto liberal desde bases socialdemócratas, el milagro que ha protagonizado nunca hubiera sido posible sin el sistema electoral francés que convierte los veintitantos por ciento de la primera vuelta en sesenta y tantos por ciento en la segunda.

El modelo proporcional español únicamente generaba mayorías absolutas con el bipartidismo. En un esquema de cuatro grandes partidos nacionales, sólo una alianza de dos de ellos puede obtener el suficiente apoyo social para afrontar algo similar a lo que tiene entre manos Macron. Cuando, día tras día, se demuestra que el inmovilismo de Rajoy forma, en la práctica, una bloqueante conjunción de suma negativa con la enmienda a la totalidad de Pablo Iglesias, es natural que quienes anhelamos la regeneración democrática depositemos nuestras esperanzas en un nuevo abrazo de los ocupantes de los espacios interiores, dentro del cuarteto que configura el espectro político.

No estoy propugnando ni que Rivera vuelva a las andadas socialdemócratas, ni menos aun que Sánchez se derechice. Para que la "solución Mac-Ron" sea posible, es imprescindible que ambos ganen territorio electoral en sus duelos simultáneos con PP y Podemos: los votos de Rivera están en el centro derecha y los de Sánchez en la izquierda. Que se les acuse de pelear por esos espacios es el mejor de los síntomas. Pero lo que me parece obvio es que, para acometer el histórico reagrupamiento transversal de la España que apuesta por el cambio, a través de la reforma constitucional, al día siguiente de que vuelvan a contarse los sufragios, tendrá vigor el viejo principio maoísta, según el cual "uno se divide en dos".


(*) Periodista y editor de El Español 


http://www.elespanol.com/opinion/carta-del-director/20170715/231676833_20.html

Adivinen de qué va / Ramón Cotarelo *

Muy interesante la entrevista con Íñigo Errejón en El País. Por el titular se ve que el sentido común es noticia. Que solo habrá gobiernos progresistas si Podemos y el PSOE se entienden es la evidencia misma, no un descubrimiento. Era la evidencia misma desde el origen de Podemos. Se llamaba por entonces unión o unidad o alianza de la izquierda. 
 
Si algo tan obvio no se ha producido es porque los del sorpasso (todos en el partido de Errejón) querían probar fortuna. Muy legítimo a la par que inútil; incluso contraproducente porque, al no gobernar la izquierda, lo hace esa derecha que el propio Errejón considera “depredadora”.

Carece de sentido echarse unos a otros las culpas a base recriminarse hechos o dichos del pasado. Para entenderse las fuerzas de la izquierda solo necesitan la voluntad de hacerlo. Pero esa posible unión no tiene perspectiva de gobierno si no es con los votos de los independentistas catalanes y un par de añadido. Y esto nos lleva directamente a la cuestión catalana que es de lo que en realidad va la entrevista en profundidad. Como todo lo que hoy se discute en España: Cataluña.

Errejón defiende el derecho a decidir de los catalanes y es partidario del referéndum pactado; si también lo es de un referéndum unilateral, como su compañero de partido, Urbán, no queda claro. Pero tampoco es relevante.

Lo relevante es la defensa de un patriotismo español de izquierda. Rechaza Errejón la visión pesimista de España y se hace lenguas del carácter dinámico, abierto, progresista de nuestra sociedad en las últimas dos generaciones. Una España de la que sentirse orgulloso siendo de izquierda. Recuerda un poco un reciente libro de Miguel Candelas, Cómo gritar ¡viva España! desde la izquierda. Más o menos la misma idea: la otra España que por fin amanece.

La amarga experiencia detecta en un programa de regeneración patriótica española tanto el ¡Viva España! Como el ¡Arriba España! Pero no hay que cerrarse en banda por fatalismo. Merece la pena escuchar las razones de esta repatriación del sentir nacional a la que, se deduce, finalmente se avendrían los indepes catalanes. En el entendimiento de que será distinta del latiguillo de Rajoy y el Rey de la gran nación.

Porque, al menos en la izquierda, es nueva. La generación anterior, también en la izquierda, más conservadora, había intentado lo mismo: generar sentido de nación a base de camuflar esta tras la Constitución. Era el llamado Patriotismo constitucional, importado de Alemania, que mostraba la superioridad de la idea liberal de nación sobre la esencialista. Ese patriotismo constitucional era tan contrario a lo que se proponía que se lo apropió el PP solemnemente en un congreso.

Así que la patria española que ahora se postula hace caso omiso de la Constitución, incluso quiere abrir un proceso constituyente. Tabla rasa con el pasado inmediato (aunque con juicio matizado sobre la Transición) y propuesta de renacimiento de una España capaz de reflexionar sobre sí misma y avenirse a soluciones democráticas del tipo que sean.

Es verdad que en el pasado ha habido puntos en que la acción colectiva española ha sido avanzada, progresista, democrática. Pero han sido destellos en una noche cerrada cuyos efectos se hacen sentir hoy de modo palpable. Basta un simple recordatorio: las más de cien mil víctimas de la vesania franquista siguen en las cunetas.

¿De dónde sale esa idea de que España podrá reinventarse como nación abierta, justa, progresista y, en definitiva, unida (aunque compuesta), cuando las propias izquierdas que la propugnan son incapaces de unirse? ¿De dónde va a salir? De la fe, que mueve montañas. Tanto más naciones.

Y la fe se tiene o no se tiene. Quienes no la tengan, por ejemplo, los indepes catalanes, pedirán algo más tangible que una virtud teologal o un estado de espíritu. Algo que les interese más que su plan u hoja de ruta de ir al referéndum y la consiguiente independencia si gana el “sí”. Y sobre eso, la oferta del nuevo patriotismo popular español es poco concreta.

Sobre eso y sobre lo más general, hasta la idea de nación. Mientras los nacionalistas españoles no se ponen de acuerdo en los caracteres ni siquiera en su misma existencia, los indepes catalanes traen un relato patriótico completo de la nación catalana, en todos sus momentos, desde los orígenes semilegendarios hasta la circunstancia actual, en que pretenden darle acta de nacimiento como Estado. No veo a los parteros de la nueva criatura muy interesados en integrarse en un vagaroso proyecto regeneracionista basado en la fe.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

Bilderberg y la situación política española / Gabriel Sánchez Ogayar *

No es la primera vez que el club Bilderberg se posiciona y actúa en la política española, ya lo hizo meses antes de la abdicación del Rey Juan Carlos donde, a pesar del desmentido de la Casa Real, el entonces rey Borbón tenía las horas contadas. Una vez más Bilderberg se ha hecho con el tablero y ha comenzado a mover sus peones, toda vez que, según el todopoderoso club, la situación tras el pronunciamiento de independencia del gobierno catalán así lo requiere.


Pero recordemos la situación, el contesto y como maniobró Bilderberg, para de esta manera hacernos una idea de cómo lo viene haciendo ahora.


En aquel entonces se supone que todo se orquestó para salvar a la Monarquía, aunque para ello fuera necesario descabalgar de la Jefatura de Estado al rey. La abdicación que en sus inicios fue un secreto de palacio, empezó a ventilarse en público porque en ese momento la crisis política de España resultaba caótica y había que actuar. Los poderes fácticos, incluida la embajada alemana, francesa, inglesa y norteamericana no escondían su nerviosismo como consecuencia del desgaste de la clase dirigente española, incluida la Corona. 

Ese, según parece, fue el motivo por el que Bilderberg tomando la iniciativa se propuso ganar la partida utilizando para ello a los conspiradores que, tras saltar al ruedo, prepararon a la opinión pública para la real abdicación. Estos no eran otros que periodistas y medios de comunicación afines al lobby, quienes a pesar de desmentidos oficiales se encargaron de filtrar que la trama se inició dentro del palacio de La Zarzuela.


El conocido periodista José Antonio Zarzalejos, que fuera director del diario monárquico ABC se encargó de preparar el escenario desde su periódico El Confidencial. Zarzalejos fue si no el primero, uno de los primeros en sentenciar que el rey barajaba su abdicación. Y, aunque para algunos pareciera increíble aquella información, hay quien apuntó que la mano que movía la cuna de la conspiración palaciega era nada menos que la esposa del monarca. Sirva como apunte que la Reina Sofía es miembro permanente del club Bilderberg, un poderoso lobby que reúne anualmente a las élites del mundo industrial, financiero, político y de la prensa.


La periodista Pilar Urbano ya lo dejó caer; es más, en relación al tema que nos ocupa dijo: “El reto del príncipe será hacer frente a la demanda de redefinir el Estado, y cómo se distribuye territorialmente España”. Las declaraciones de la miembro numerario del Opus Dei, Pilar Urbano, hubo quien equivocadamente no se las tomó en serio al no tener en cuenta que la periodista es además de amiga, portavoz oficiosa de la reina. Pilar Urbano se adelantaba a los acontecimientos que meses después sucedieron y que en estos momentos se vienen sucediendo; indudablemente contaba con información privilegiada.


Bilderberg cuenta con periodistas y medios afines encargados de vocear lo que el lobby diseña y decide, marcando como no los tiempos e incluso las personas. Según parece es Felipe el encargado de conformar una monarquía federal a fin de evitar la república que acabaría por destronarlo.


"Las monarquías tranquilizan a los poderosos porque dan estabilidad", declaró Pilar Urbano. Esto es algo con lo que Bildelberg está de acuerdo y así se lo han hecho saber a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez en la última reunión del Club, a la que ambos fueron invitados. Aunque Rajoy y Sánchez no han querido pronunciarse sobre el tema parece evidente que todas estas cosas se han discutido en el Bilderberg.


Según Pilar Urbano, "un rey en una España en crisis da más garantía de estabilidad que una república, donde puede venir otra persona distinta". Otra casualidad acorde al pensamiento de Bilderberg quienes, adelantándose nuevamente a los acontecimientos, demostraron más altura de miras que la clase dirigente española y valorando las protestas ciudadanas vieron el emergente peligro de unos desarrapados que cercaron el Congreso dirigidos por un profesor con coleta.


Pero ¿es tanto el poder del Club Bilderberg?


Para valorarlo es necesario recordar que, según documentos desclasificados de la CIA, el club Bilderberg fue, en su época, el lobby más activo del mundo, tanto que fue el que presionó al dictador para que nombrase al entonces príncipe Juan Carlos como sucesor al frente de la Jefatura del Estado, reinstaurando la monarquía. Que Bilderberg no ha perdido poder está más que demostrado. Bildelberg hizo rey a Juan Carlos y Bidelberg lo destronó al objeto de instaurar una monarquía federal y con ello dar una solución a la crisis territorial que sufre España.


Como se puede intuir se trata de una estrategia y un programa político diseñado al objeto de poner en marcha una segunda transición tutelada desde el poder constituido y destinada a desplazar del poder a los políticos corruptos; políticos que se han convertido en un estorbo para los poderes fácticos.


¿Casualidad que sea ahora cuando se airean públicamente las impudicias e inmoralidades que, según parece, ponen en riesgo los fundamentos del Estado? Resulta difícil creer que así sea, más aun teniendo en cuenta las continuas campañas en pro de este cometido que vienen llevándose a cabo en diarios como El País, La Razón y El Mundo.


A decir de muchos politólogos la monarquía federal responde a intereses. Unos intereses en los que han venido participando, a pesar de su silencio, políticos de la talla de Felipe González, José María Aznar, Alfonso Guerra o Carma Chacón que, aunque no han dado la cara, han utilizado a sus segundos de filas como es el caso de Pere Navarro i Morera. Recordemos que fue el por entonces secretario del Partido Socialista Catalán, quien pusiera voz a esta encomienda al solicitar públicamente la abdicación del rey, anotando como una salida a la situación, un reinado de Felipe y el arribo de una monarquía federal.


Estos actores como Urbano, Zarzalejos, Aznar, Gonzalez, Guerra, Chacón y Navarro son, sin duda, unos poderosos emisarios para un proyecto político ideado y diseñado por Bilderberg; es decir por aquellos que dirigen las altas finanzas a fin de impedir el avance de los movimientos sociales y la instauración de una verdadera democracia.


Regenerar la caduca y poco trasparente monarquía fue el primer paso, el segundo puede ser evitar que pueda instaurarse una república y para ello está Bilderberg.


(*) Escritor. Editor de Nuevo Diario (https://nuevodiario.es


sábado, 15 de julio de 2017

Una de las peores sequías en décadas devasta las cosechas del sur de Europa


ROMA/MADRID/BRUSELAS.- La sequía que sufre el sur de Europa amenaza con reducir la producción de cereales en Italia y zonas de España a su nivel más bajo en al menos 20 años, al tiempo que afectó a otras cosechas regionales como los olivos y las almendras. 

Castilla y León, la principal región cerealera española, ha sufrido especialmente, con pérdidas de cosechas estimadas en alrededor del 60 y el 70 por ciento.
"Este año no fue malo, fue catastrófico. No recuerdo un año así desde 1992 cuando era niño", dijo Joaquín Antonio Pino, un agricultor de Sinlabajos, Ávila, que afirmó que muchas de sus tierras ni siquiera fueron cosechadas, ya que los ingresos no cubrirían los salarios de los trabajadores.
Si bien la Unión Europea en su conjunto es un gran exportador de trigo, España e Italia dependen de importaciones de países como Francia, Reino Unido y Ucrania. Se espera que las importaciones españolas de trigo blando suban más de un 40 por ciento, hasta los 5,6 millones de toneladas, en el año comercial 2017-2018, según Agroinfomarket.
España e Italia son también dos de los principales productores mundiales de aceite de oliva. Se espera que la producción caiga en ambos países, pero es probable que la peor parte se la lleve Italia, donde el Consejo Oleícola Internacional prevé un descenso del 60 por ciento.
"Esperábamos una buena producción este año, pero no ha sido así", dijo Francesco Suatoni, que tiene unos 4.000 olivos junto a la histórica ciudad de Amelia, en Umbría, en el centro de Italia. "Este año esperamos producir un 50 por ciento menos que el año pasado. Esperemos que no, pero será muy difícil tener una buena cosecha", añadió.
La asociación agraria italiana Coldiretti señala que hay más cultivos afectados y calcula que la sequía tendrá un coste de más de 1.000 millones de euros para los agricultores.
En España, José Ugarrio, analista de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), destacó que la sequía está afectando a todas las cosechas, incluso las que se cultivan en invernaderos por las restricciones al uso de agua. Asimismo, destacó que productos como las almendras y los pistachos sufrirán una abrupta caída.
Attilio Tocchi, un agricultor toscano que lidera la división local del grupo Confagricoltura, advirtió que "es casi imposible seguir adelante así. Uno piensa 'ok, intentaré apañármelas este año', pero si la cosecha del año que viene es como esta no seremos capaces de aguantar más".


La Comisión Europea considera que los países del sur de Europa deben aplicar cuanto antes medidas para afrontar las crecientes sequías derivadas del cambio climático, por ejemplo encareciendo el precio del agua para promover su ahorro.
Así figura en un Libro Verde sobre 'La adaptación al cambio climático en Europa' que propone distintas 'opciones de acción' frente a un problema ya presente, según explicó el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El documento pretende abrir el debate en la Unión Europea (UE) sobre las iniciativas a adoptar a nivel nacional, regional, local y europeo, para paliar los daños derivados del calentamiento global.
Dimas incidió en que el recorte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no será suficiente para hacer frente a los problemas ligados al cambio climático.
El texto incluye entre las áreas 'más vulnerables' al cambio climático a los países del sur de Europa y toda la costa Mediterránea, 'debido al efecto combinado del incremento de las altas temperaturas y la reducción de las precipitaciones en áreas que ya tienen que hacer frente a la escasez de agua'.
La Península Ibérica 'será la más afectada por las sequías, con una reducción anual de las precipitaciones del 40 por ciento sobre el nivel actual' y un aumento de las temperatura anuales de entre 4 y 5 grados centígrados', indica el documento, cuyos datos proceden del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Añade que esos dos factores desencadenarán 'sequías, olas de calor, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, degradación de suelos y ecosistemas y, eventualmente, la desertificación'.
Además, el sector agrícola se verá afectado, con pérdidas de entre un 10 y un 30 por ciento de la producción en áreas muy amplias del sur de Europa, y también el sector turismo, que quizá opte por otros destinos en verano huyendo del exceso de calor.
Para Bruselas, la carestía de agua se debe afrontar aplicando 'instrumentos económicos y el principio 'el consumidor paga' a todos los sectores', incluidos los hogares, la agricultura y el turismo.
La solución frente al uso no sostenible que en la actualidad se hace de ese bien pasa por 'la aplicación de políticas de precio eficientes, convertir en prioridad el ahorro y mejorar el funcionamiento de la eficiencia en todos los sectores', indica el texto.
El documento incide en la necesidad de actuar 'cuanto antes', dado que de no prevenir 'podremos vernos obligados a emprender medidas de adaptación repentinas y no preparadas para responder a las crisis y catástrofes, lo que será mucho más costoso' que hacerlo ahora, indicó Dimas.